EE.UU: La masiva deportación de mexicanos que Trump evoca con su discurso
El aspirante a la nominación del Partido Republicano para las elecciones de 2016, insistió en que hay que deportar a los mexicanos sin papeles.
BBC Mundo analiza la polémica postura del también empresario que recuerda a lo ocurrido en los años 30.
El controvertido discurso de Trump despierta muestras de apoyo tanto como de rechazo.
Un representante de la Cámara de Comercio de Los Ángeles, California, pedía públicamente que no se diera trabajo a un mexicano mientras existiera un hombre blanco desempleado.
La advertencia provenía de George Clements, y ocurrió en un Estados Unidos sumido en la Gran Depresión de los años 30, pero es una frase que en la actualidad tampoco sorprende.
En la década de 1930, bajo la presidencia de Herbert Hoover y en el contexto de la grave crisis económica, Estados Unidos deportó a más de un millón de mexicanos y mexicano-estadounidenses.
Más del 60% de ellos eran residentes legales en el país.
Por eso, la retórica del magnate y precandidato presidencial por el Partido Republicano Donald Trump, sobre la inmigración irregular y su plan de deportar a todos los indocumentados si llega a la Casa Blanca, trae recuerdos dolorosos para los mexicanos.
¿Podría repetirse la historia?
Una medida inconstitucional
Para Francisco Balderrama, profesor de estudios chicanos e historia en la California State University de Los Ángeles y coautor del libro Decade of Betrayal: Repatriation in the 1930's ("Década de traición: repatriación en los 30"), sí se puede establecer una conexión entre lo que sucedió entonces y el discurso actual de Trump sobre los inmigrantes.
Una política de deportación que afectó a miles y miles de familias, apenas dejó huella en los libros de historia estadounidenses.
"Más de un millón de mexicanos y mexicano-estadounidenses fueron expulsados desde Estados Unidos en aquellos años. Muchos de los mexicanos nacionales llevaban en el país 25 o 30 años y tenían papeles", explica Balderrama, cuya obra coescrita con el ahora fallecido Raymond Rodríguez es una de las principales referencias bibliográficas sobre el tema.
"La mayoría de los mexicano-estadounidenses eran menores, eran los hijos de los mexicanos nacionales y, de acuerdo a la 14ª enmienda de la Constitución, tenían la ciudadanía estadounidense".
"La expulsión fue inconstitucional, no puedes deportar a un ciudadano estadounidense", subraya el profesor.
Redadas y expulsiones
En un contexto de alto desempleo a causa de la Gran Depresión, en EE.UU. aumentó considerablemente el rechazo a los trabajadores extranjeros, en particular a los mexicanos.
Muchos estadounidenses comenzaron a buscar trabajos que anteriormente se condieraban destinados a los mexicanos, lo cual generó reacciones de rechazo.
En la actualidad, el discurso de Trump cala en ciertos sectores por esa estrategia de apelar a los mismos fantasmas.
"Creo que Trump está jugando con los miedos de la clase trabajadora", sostiene Balderrama.
La discriminación creció y las autoridades no sólo no hicieron nada por evitarlo sino que decidieron comenzar con las deportaciones, que se organizaron sobre todo en el nivel local y estatal.
Se hacían redadas, los policías locales arrestaban a todos aquellos que no tenían los papeles en regla o que simplemente tenían apariencia de mexicanos.
"El consejo legal advirtió que sólo el gobierno federal tenía derecho a deportar, por lo que decidieron llamarlo repatriación", le dice Balderrama a BBC Mundo.
"Obviamente hubo redadas del gobierno federal de Herbert Hoover", señala, "pero el 70-80% de las expulsiones las hicieron instancias y condados locales, negocios, en Los Ángeles, Detroit, Chicago y otras ciudades.
"En Los Ángeles fue una batalla cómo hacerlo porque la población mexicana era sustantiva, al igual que hoy. En el nivel local, en el condado, decidieron poner en marcha trenes reclutando gente para irse, los condados alegaron que se gastaban demasiado dinero en las familias mexicanas, lo cual no era cierto.
"No sólo ocurrió en el suroeste ni sólo en California, la campaña llegó hasta Alaska", añade Balderrama.
La 14ª enmienda
La expulsión de los hijos de mexicanos que bajo la 14ª enmienda tienen la ciudadanía estadounidense enlaza directamente con una de las propuestas de Trump: eliminar dicha norma.
Trump no es la primera persona que propone públicamente retirar la enmienda.
"Fomentar la violación de la 14ª enmienda me trae a la mente palabras de los años 70 del entonces senador Bob Dole, quien quería cambiarla", señala Balderrama.
"Parece que estaba bien cuando amparaba a los blancos, ahora la quieren cambiar porque es para gente de color, pero hay un problema porque la población es de todos los colores", opina.
Reparación y justicia
No se conocen los detalles de qué fue de todas aquellas personas que fueron obligadas a regresar a México.
Según relatan los historiadores, se encontraron con un México también en crisis y tuvieron que hacer frente a la discriminación de los mexicanos.
En conclusión, eran rechazados en EE.UU. por ser mexicanos y en México por ser estadounidenses.
Más de 85 años después, no ha habido apenas reparación, pese a que hay grupos que insisten en que se haga justicia.
El estado de California fue el primero en disculparse al aprobar el "Decreto de disculpa por el programa de repatriación de mexicanos de la década de los 30" en 2005.
Con este documento, California reconoció de forma oficial "la expulsión inconstitucional y emigración forzada desde EE.UU. de ciudadanos y residentes legales de origen mexicano" y pidió perdón a los residentes de California "por las violaciones fundamentales de sus libertades civiles básicas y derechos constitucionales cometidas durante el período de deportación ilegal y emigración forzada".
Sin embargo, la legislatura del estado no aprobó fondos de compensación económica para los afectados.
Por su parte, el gobierno federal no se ha disculpado.
La campaña para que se haga justicia sigue adelante, si bien se hace cada vez más compleja por la paulatina muerte de los protagonistas de aquella deportación, como indica Balderrama.
"Lo que pasó en los 30 es muy significativo para los que llegaron después, pueden ver un paralelismo, hay mucha resonancia del pasado", dice el profesor, quien lamenta que figuras como Trump hablen de deportaciones masivas para obtener votos.