La "comandante Ana" inició huelga de hambre para pedir su liberación en la India
Marie Emmanuelle Verhoeven se encuentra encarcelada a la espera de una eventual extradición por el homicidio de Jaime Guzmán.
La "comandante Ana" permanece encarcelada hace 16 meses en India.
La ex guerrillera francesa Marie Emmanuelle Verhoeven, alias "comandante Ana", inició una huelga de hambre para protestar por su reclusión en una prisión india, donde permanece desde hace 16 meses pendiente de una posible extradición a Chile por el supuesto homicidio del senador Jaime Guzmán en 1991.
La abogada de Verhoeven, Ramni Taneja, informó a Efe de que su cliente suspendió hace cinco días la ingesta de todo tipo de alimentos y que ha dejado de tomar su medicación para la hipertensión que sufre desde hace años.
La "comandante Ana", que sobrevive únicamente a base de agua, tomó la decisión después de que el Gobierno indio anunciase que tratará de tumbar la última de sus peticiones de libertad bajo fianza, presentada el pasado 30 de abril.
Según la abogada, el tribunal delhí encargado del caso había mostrado su disposición a ordenar su liberación condicional si Francia y la India alcanzaban un "consenso".
Verhoeven, "desesperada" y "hastiada" tras su largo periodo en prisión, anunció su huelga de hambre ante el tribunal durante una vista el pasado viernes, explicó Taneja.
El juzgado permanece cerrado por vacaciones, por lo que la próxima vista no se celebrará hasta el próximo día 24.
La acusada fue detenida en febrero de 2015 cuando entraba en la India desde Nepal en base a una alerta roja de la Interpol y desde entonces permanece en prisión en Nueva Delhi, una detención que Taneja consideró "totalmente ilegal" por superar el límite de "60 días" establecido por la Justicia india para este tipo de casos.
La detenida está acusada de haber participado en el asesinato del senador Jaime Guzmán, cometido el 1 de abril de 1991 en Santiago de Chile por un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, grupo que combatió con las armas contra la dictadura de Augusto Pinochet.
En su objeción a la extradición, la ex guerrillera alegó ser "víctima de una venganza política" por parte del Gobierno de Chile en represalia por "haber defendido valientemente los derechos de los presos" durante su estancia en el país entre 1985 y 1995, cuando trabajó para la Administración Penitenciaria.