Senado brasileño comienza a decidir este jueves el destino de Dilma Rousseff
Audiencias comenzarán con la comparecencia de dos testigos de la parte acusadora y otros seis presentados por la defensa.
Las sesiones serán dirigidas por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Ricardo Lewandowski, quien actúa como garante constitucional.
Rousseff comparecerá personalmente el lunes ante el Senado.
El Senado brasileño comienza a decidir mañana jueves el destino de la presidenta Dilma Rousseff, suspendida desde el pasado 12 de mayo y que puede ser finalmente destituida la semana próxima, lo que confirmaría en el poder al ahora mandatario interino, Michel Temer.
En caso de que Rousseff sea despojada de su cargo, Temer seguirá en la Presidencia hasta el 1 de enero de 2019, cuando finaliza el actual mandato, pero si el Senado absuelve a la mandataria, esta recuperará el poder una vez que se publique la sentencia.
La decisión definitiva se prevé que será tomada entre el martes y el miércoles próximos, después de unas maratónicas audiencias que empezarán este jueves con la comparecencia de dos testigos de la parte acusadora y otros seis presentados por la defensa, que desde hoy miércoles estarán recluidos e incomunicados en un hotel de Brasilia.
Todas las sesiones serán dirigidas por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Ricardo Lewandowski, quien actúa como garante constitucional del proceso, que la mandataria y sus seguidores han calificado desde el inicio como un "golpe de Estado" cuajado en el Parlamento.
Una vez que sean escuchados los ocho testigos, lo cual se prevé que concluirá la noche del viernes o la madrugada del sábado, el juicio será retomado el lunes, cuando Rousseff comparezca personalmente para presentar su defensa, en la que será su primera y única comparecencia ante el Senado desde que fue suspendida de sus funciones y se instauró el juicio político.
La mandataria dispondrá de media hora para exponer sus alegatos y luego, en lo que muchos anticipan que serán los momentos de mayor tensión en todo el juicio, Rousseff deberá responder a las preguntas que puedan formular los 81 senadores, que en una clara mayoría ya se han manifestado a favor de su destitución.
Para que Rousseff sea definitivamente despojada del poder, será necesario que lo apruebe una mayoría calificada de 54 votos, que representan dos tercios de los escaños del Senado.