Madre salvó a sus hijas de las llamas escondiéndolas en un pozo en Hualqui
Una mujer y sus dos hijas estuvieron una hora acechadas por el fuego y el intenso calor.
El padre de familia combatía el siniestro que amenazaba a su casa.
El fuego llegó hasta la vivienda del núcleo formado por Carlos -el padre-, Silvana y sus dos hijas, de 9 y 12 años.
Un increíble relato de supervivencia. Así es la conmovedora historia de Silvana García, una madre que salvó a su familia de las llamas escondiéndose junto a sus hijas en un pozo de agua en medio de los incendios forestales, en la localidad de Talcamávida, en la comuna de Hualqui, Región del Biobío.
Todo comenzó cuando el fuego llegó hasta la vivienda del núcleo formado por Carlos -el padre-, Silvana y sus dos hijas, de 9 y 12 años, el cual arrasó con el galpón donde almanacenaban 80 sacos de avena y 30 sacos de trigo y donde murió calcinado el caballo de toda la vida del jefe de hogar.
Encerrados por el fuego y mientras Carlos incansablemente trataba de detener las llamas frente a su casa sólo con una pala y un rastrillo, la madre tomó una crucial decisión: buscar a las hijas que se habían ido a esconder en una bodega y salvarlas de las inminentes llamas.
Una hora dentro del pozo de dos metros de profundidad
"Según ellas se iban a salvar adentro de la bodega, como era de cemento estaban encerraditas ahí, y cuando yo vi el fuego, que las llamas venian todas para acá, las fui a buscar" relató Silvana a Cooperativa.
La mujer rápidamente puso una planchas de zinc en el pozo de dos metros de profundidad, lanzó una cuerda y según narró, "les dije 'sujétense chiquillas del cordel', las pesqué y les dije 'métanse, métanse ahí', yo me metí encima de ellas para poder sostenerlas, porque estaban llorando. Una lloraba y la otra clamaba" agregó.
Así, agarradas de la soga, permanecieron cerca de una hora acechadas por las llamas y el intenso calor.
Arriba, en la superficie y tras un arduo esfuerzo, el padre de familia logró salvar su casa de las llamas, sin embargo, no logró saber dónde se encontraban sus hijas y su esposa, y cuando pensó que las había perdido, escuchó el sonido de unas latas: las placas de zinc que servía de cortafuego en el pozo.
El hombre movió la placa, sacó a sus dos pequeñas y su esposa con vida y se abrazaron, sanos y salvos.
Un emocionado Carlos dijo a Cooperativa que "estoy súper contento porque Dios me dio tanta fuerza que yo no salí de allí, del fuego, debajo de las llamas, y rescaté mi casa. Siento amor por ella y que Dios me las salvó, me salvó a mi y a mis hijas, la riqueza que tenemos".