Definitivo: La velocidad vehicular máxima en zonas urbanas será de 50 km/h

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Autor: Cooperativa.cl

El Congreso aprobó, con amplia mayoría, la reducción de este límite, que ya está en condiciones de ser declarado ley.

Una medida similar redujo en Australia hasta la mitad la cantidad de atropellos a peatones.

Dos mil personas mueren cada año, en promedio, en Chile producto de accidentes de tránsito. Disminuir esta lamentable estadística, que afecta de manera importante a ciclistas y a peatones, es el objetivo central de un proyecto de ley aprobado este miércoles por la Cámara de Diputados, que concluyó su tramitación en el Congreso y quedó en condiciones de convertirse en ley.

La iniciativa, ratificada en general y en particular en los mismos términos que lo planteado por la comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones y que el Senado, recibió 114 votos a favor, ocho en contra y 25 abstenciones en la Sala de la Cámara Baja.

En lo central, la normativa disminuye el límite máximo de velocidad de vehículos de menos de 3.860 kilogramos de peso bruto vehicular y de motocicletas en zonas urbanas, desde 60 a 50 kilómetros por hora.

Según se explicó en el debate, al cual concurrió la ministra de Transportes, Gloria Hutt, esta modificación a la Ley de Tránsito viene a corregir una inconsistencia presentada en la tramitación del proyecto de ley que incorporó disposiciones sobre convivencia de los distintos medios de transporte y que obliga a los ciclistas mayores de 14 años usar la calzada y no la vereda.

De acuerdo a lo expresado por la ministra, esta reducción de velocidad "apunta a equilibrar una condición que fue establecida en una ley aprobada recientemente de convivencia de modos. En esa ley queda consignado que los ciclistas deben utilizar la calzada junto con los autos".

Hutt remarcó que "está comprobado por abundantes estudios que una baja de velocidad de 10 kilómetros por hora reduce significativamente la probabilidad de morir en un impacto de un auto a un ciclista".

Qué se pretende

Tanto el Ejecutivo como los parlamentarios defendieron la tesis de que una reducción general en el límite de velocidad urbano -las municipalidades cuentan con la facultad de disminuir la velocidad máxima permitida en ciertos perímetros de sus comunas- permitirá disminuir el número de accidentes y, más importante aún, la probabilidad de muerte de quienes resulten afectados por uno.

Conforme con los datos entregados, en Australia se verificó que una reducción de 10 kilómetros por hora en la velocidad de circulación en una vía urbana generó una baja de entre 8 y 21 por ciento del número de accidentes con heridos o muertos, y un descenso de entre 25 y 51 por ciento del número de atropellos a peatones.

La propuesta quedó en condiciones de pasar al Gobierno para su promulgación como ley de la República.

"Nos parece de la mayor importancia para promover una cultura del cuidado, una cultura en que podamos aprovechar la ciudad con modos no motorizados y estar seguros y protegidos en todos los lugares donde circulen. Probablemente, de aquí a fin de año ya vamos a estar con la ley en vigencia, instalada, y vamos a tener que empezar a actualizar en unos casos la señalética", manifestó Hutt.

Dentro de las críticas que significaron ocho votos en contra estuvo desestimar la cifra de disminución de muertes, un argumento insólito para el director de Ciclorecreovía, Gonzalo Stierling, quien recordó la experiencia en otros países.

"Chile sería el primer país del mundo en que al disminuirse la velocidad máxima no ocurriera nada, no se produjeran menos fallecidos y también menos heridos. Hay que pensar que por cada fallecido hay unos 15 heridos, de ellos, dos o tres de carácter muy grave", dijo.

"Siempre en todo país, sea considerado desarrollado o subdesarrollado, la disminución de la velocidad máxima implica de inmediato una disminución en la cantidad de siniestros y en la cantidad de fallecidos y en la cantidad de heridos", añadió.

Una vez que la ley sea promulgada y entre en vigencia serán los municipios los que deberán modificar las señaléticas pudiendo, a su vez, establecer límites inferiores, por ejemplo en torno a escuelas y hospitales, o superiores, en autopistas urbanas.

Pese a los cuestionamientos sobre el costo que puede significar para los municipios invertir en señaléticas, la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao, presidenta de la comisión de Transportes de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), valoró la nueva ley.

"En Chile cerca del 30 por ciento de las víctimas fatales se debe a la velocidad imprudente o a la pérdida de control del vehículo, y si bien la velocidad no es vista masivamente como un problema o riesgo, agrava las consecuencias de los accidentes y por eso para nosotros esto es una muy buena noticia", añadió.

Para fin de año se espera que entre en vigencia la normativa.