Chillán: Informe de la Diócesis concluye que denuncia contra capellán de Ejército no tiene "certeza moral"
Héctor Bravo fue suspendido de sus labores de capellán en la institución castrense y en el colegio Alberto Hurtado de la capital de Ñuble.
Héctor Bravo estaba siendo investigado desde el 21 de junio.
La Diócesis de Chillán emitió un comunicado público en que señaló que tras investigar desde el 21 de junio al párroco de la parroquia San Pablo, y capellán de Ejército, Héctor Bravo, acusado por abusos sexuales de menores, "no es posible llegar a la certeza moral acerca de la verosimilitud de los hechos denunciados".
"De acuerdo a las normas que rigen los actuales protocolos de la Iglesia, las actas de esta investigación previa serán remitidas a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma, para que ésta pueda disponer", reza el comunicado.
Además de capellán de la institución castrense, Héctor Bravo es capellán del colegio chillanejo Padre Hurtado, cargo del cual fue suspendido mientras continúa la investigación. Asimismo, como medida cautelar, se le suspendió del oficio de presidente del Área Social del Obispado de Chillán.
"El ejercicio de su ministerio sacerdotal queda circunscrito solamente a los oficios que ya tenía como párroco de San Pablo y de administrador parroquial de San Francisco. Su desempeño será supervisado por el Vicario General, presbítero Pedro Rodríguez", agrega el comunicado.
Reunión del obispo de Chillán con el Ministerio Público
El obispo Carlos Pellegrin manifestó que este miércoles haría anuncios sobre las investigaciones una vez que se reuniera con la recién asumida fiscal regional de Ñuble, Nayalet Mansilla.
Pese a que la abogada persecutora desconoció la solicitud para concretar una reunión, desde la diócesis convocaron a una rueda de prensa en la que se anunciará la puesta en marcha de un "Departamento de prevención, acogida y acompañamiento de abusos".