Hacienda lamentó nuevo capítulo de la guerra comercial entre China y EE.UU.
El ministro Felipe Larraín manifestó preocupación ante los nuevos gravámenes mutuos de las potencias
"Pueden desencadenar en represalias", señaló.
"Siempre es mejor que los problemas se solucionen conversando", dijo Larraín.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, lamentó la nueva imposición de aranceles de EE.UU. a los productos de China, que provocó una contramedida casi inmediata del país asiático este martes.
La Casa Blanca confirmó el lunes los gravámenes de 10 por ciento -por valor de 200 mil millones de dólares a productos chinos- por lo que este martes Pekín arremetió con sanciones a las exportaciones estadounidenses, que alcanzarán los 60 mil millones de dólares.
Ante este nuevo enfrentamiento de ambas potencias económicas en el marco de la denominada "guerra comercial", el ministro Larraín aseguró que "uno siempre espera que la racionalidad prime".
Agregó que es "una lástima que tengamos nuevas sanciones comerciales que pueden desencadenar en represalias, y luego en posibles nuevas acciones por parte Estados Unidos".
"Creo que siempre es mejor que los problemas se solucionen conversando", agregó el titular de Hacienda.
Las nuevas tarifas de parte de ambos países entrarán en vigencia al mismo tiempo el próximo 24 de septiembre.
El temor por los efectos de la guerra comercial
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, afirmó que Chile mira con preocupación el pulso comercial entre China y Estados Unidos, y teme que los efectos de las medidas proteccionistas se extiendan en otros países "por carambola".
"Nosotros pensamos que cuando se entra en tensiones proteccionistas uno sabe cómo y cuándo comienzan, pero no sabe en qué pueden terminar", aseguró Ampuero.
"Es un tema también particularmente delicado. Son dos superpotencias que están en tensión. Con ambos tenemos muy buenas relaciones. Uno es nuestro principal socio comercial (China), y el otro es el segundo", recordó el canciller.
Al igual que otros países, Chile ha sufrido en carne propia el aumento de los aranceles al acero y el aluminio impuesto por la Administración de Donald Trump, aunque los montos de esos productos que exporta Chile a Estados Unidos son escasos.