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Cierre del juicio en Caso Nibaldo: Imputada ofreció disculpas "a todos los involucrados"

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

Johanna Hernández dijo que "sé que mi hija quedó en buenas manos con la familia Villegas".

Francisco Silva afirmó haber dicho toda la verdad durante el juicio.

Este martes se desarrolló la última jornada del juicio contra Johanna Hernández y Francisco Silva, acusados de ser los autores del crimen del profesor Nibaldo Villegas, cuyo veredicto será dado a conocer al mediodía de mañana.

En la oportunidad sorprendió que ambos imputados pidieran la palabra en el cierre de los alegatos.

En primer lugar habló la mujer, ex esposa de la víctima, quien expresó que "lo único es pedirles que, sé que mi hija quedó en muy buenas manos con la familia Villegas, que le den mucho amor. Pedirles disculpas a mis hijos por el daño causado y pedirles disculpas a todos los que han estado involucrados en esto".

Más tarde, Silva, quien mantenía una relación sentimental con la mujer del profesor asesinado, dijo que "cuando yo declaré el día 23 del mes pasado manifesté que mi conciencia no me dejaba tranquilo y que venía a decir la verdad de los hechos ocurridos y eso fue lo que hice: dije la verdad tal cual como habían sido las cosas".

El acusado agregó que "siento personalmente que la suposición que hace el Ministerio Público respecto de una planificación es solo eso, una suposición, porque no la hubo".

Al respecto, a opinión del hermano de Nibaldo, Leandro Villegas, "de todas las mentiras y manipulaciones es la única verdad que han dicho es que la niña va a estar bien con nosotros, con la familia Villegas. Lo demás es lo que siempre hemos dicho: que va a seguir manipulando, mintiendo, hasta el final siguieron esa línea, no están arrepentidos".

A horas de conocerse el veredicto por el crimen de su hermano, Leandro dijo que "no creo que haya sorpresas en esto, porque las policías, los peritos y las investigaciones han sido tan tajantes que no se ha dejado nada al azar".

De ser declarados culpables Hernández arriesga una pena de 40 años de cárcel por el delito de parricidio, mientras que Silva está expuesto a un castigo de 20 años de prisión por homicidio calificado.