Fernández, el elegido de Cristina que logró llegar a la Presidencia de Argentina

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El presidente electo tendrá a Cristina Fernández como vicepresidenta.

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Alberto Fernández es el nuevo presidente electo de Argentina tras conseguir el 47,96 por ciento de los votos.

Hace solo cinco meses, Alberto Fernández no entraba en las opciones del poder en Argentina. Abogado y político desde su juventud, todo cambió cuando la otrora presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) lo eligió para echar a Mauricio Macri de la Casa Rosada.

Hoy, con el 47,96 por ciento de los votos, lo ha conseguido.

Ex jefe del Gabinete de Ministros del fallecido Néstor Kirchner estuvo fuera de la primera línea de la política durante años, hasta que en mayo pasado llegó el bombazo: la ex presidenta lo anunciaba como su candidato a la Presidencia, con ella como segunda.

"Ella pensó que yo podía ser más útil en la construcción de consensos", explicó entonces el elegido, quien, en medio de fuertes desavenencias, se había desvinculado de los Kirchner en 2008.

Aunque el triunfo no se confirmó hasta este domingo, el peronista, nacido en Buenos Aires hace 60 años, ya era considerado por muchos el sucesor de Macri desde que el 11 de agosto fuera el candidato más votado en las primarias, superando por 16 puntos al actual mandatario.

Primeros pasos en la política

Nacido de la relación entre Celia Pérez -hermana del fotógrafo personal del ex presidente Juan Domingo Perón- y su primer esposo, Alberto siempre consideró su verdadero padre al segundo, el juez Carlos Pelagio Galíndez.

A principios de los 80 se tituló en Derecho por la Universidad de Buenos Aires, y con la última dictadura (1976-1983) agonizando, llegó a liderar la juventud del Partido Nacionalista Constitucional.

A mitad de esa década, con Raúl Alfonsín como primer presidente de la actual democracia, fue designado subdirector General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía y, cuatro años después, el Gobierno del peronista Carlos Menem lo nombró superintendente de Seguros de la Nación, puesto que ocupó hasta 1995.

También fue presidente de la Asociación de Superintendentes de Seguros de América Latina.

Clave para cancelar deudas económicas del país

Fernández inició el siglo XXI como diputado en Buenos Aires y fue uno de los primeros dirigentes de la capital que se acercaron a Kirchner, quien desde 1991 era gobernador de la sureña provincia de Santa Cruz.

La crisis económica y social del 'corralito' de 2001 -la peor que ha vivido Argentina- propició la renuncia del radical Fernando de la Rúa y llevó a Duhalde a ocupar la jefatura de Estado de forma provisional, hasta que en 2003 llamó a elecciones y Kirchner, que había confiado en Fernández la jefatura de su campaña, acabó ocupando la Casa Rosada.

En esa primera etapa kirchnerista, clave fue su participación en las negociaciones para cancelar en 2005 la deuda de casi 10.000 millones de dólares que el país arrastraba con el Fondo Monetario Internacional.

A este organismo, el país trasandino le tiene que pagar 56.300 millones de dólares del préstamo adquirido por Macri en 2018.

Fernández volvió a trabajar con los Kirchner

El fin de la idílica relación de Fernández con los Kirchner llegó en julio de 2008, ya con Cristina en el poder, cuando Alberto renunció al cargo tras el conflicto que durante varios meses enfrentó a productores agropecuarios con el Ejecutivo por el incremento de varios impuestos agrarios.

Pero tras años de distanciamiento, hace unos meses los Fernández volvieron a caminar a la par: "Nos pasó lo que a muchos argentinos, que un día la política nos dividió. Esos años de distanciamiento creo que ni ella ni yo estuvimos contentos", llegó a reconocer el ahora flamante ganador.

Aún hoy se desconoce el peso real que tendrá la expresidenta -procesada en múltiples causas por presunta corrupción- en el nuevo Gobierno de Fernández, a quien diversas voces de la oposición acusan de ser el títere de ella.

El líder del Frente de Todos, que devuelve el peronismo a la Casa Rosada tras la derrota de 2015, llega convencido de que puede cambiar el país que deja Macri, marcado por un alto endeudamiento e inflación, caída del consumo y aumento del desempleo y la pobreza.