"La casa de papel" parte 4: Regreso que mantiene virtudes aunque surge un agotamiento

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- Periodista Radio: Cristóbal Meléndez M.

La serie vuelve a Netflix este viernes 3 de abril.

Este viernes regresa "La casa de papel" con una cuarta entrega que tendrá una gran interrogante: ¿Sobrevivirá Nairobi luego del balazo que recibió? Pregunta que se suma a otras, como la suerte de Lisboa tras ser atrapada por la policía o la convivencia de la banda al interior del Banco Nacional de España.

Respuestas que los fanáticos tendrán en este nuevo ciclo de ocho episodios que deja varias conclusiones. En primer lugar, que la serie continúa con una de sus grandes virtudes: difícilmente te aburres... En Cooperativa tuvimos la chance de ver los primeros cincos capítulos y acá analizamos -sin spoilers- lo que viene.

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El éxito de la serie radica en que todo se lleva a tal límite que se hace difícil no engancharse con el plan de El Profesor y la ejecución de los atracadores. Cuando te metes en el viaje, es imposible bajarse. El ritmo mantiene a "La casa de papel" como un producto adictivo.

Sin embargo, no toda adicción es positiva, en especial cuando se alarga más de la cuenta. El gran problema de la ficción es que se ha tomado harto tiempo en resolver conflictos que podría haberlos resueltos en uno o dos capítulos. Se entiende que por su popularidad y para conseguir réditos, Netflix estirará lo más posible la historia, pero todo debería tener un techo. A esta nueva temporada le cuesta arrancar por eso mismo, porque se demora en entregar respuestas rápidas, tomándose un tiempo que parece más relleno que otra cosa. Y hay que tener cuidado, porque eso se termina transformando en agotamiento.

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Eso afecta principalmente a lo que sucede al interior del Banco, donde la convivencia de la banda incluye momentos que llegan a ser delirantes y uno se pregunta: ¿es necesario? A eso se suma que personajes como Arturo (que sobra hace bastante) siguen dando vueltas caudando irritación más que siendo un aporte. De todas formas, Río escapa un poco de esta tendencia, con un rol que entrega nuevos matices por explorar tras el trauma que vivió la temporada anterior por las diversas torturas que sufrió.

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Lo más atractivo ocurre afuera, donde Marsella agarra protagonismo y con El Profesor haciendo todo lo posible para saber si Lisboa está viva o muerta. Sobre Murillo, también hay que destacar sus intervenciones con Sierra, en un juego policial de fondo, pero con formas muy diferentes.

En síntesis, una vez que la cuarta temporada responde esas interrogantes, vuelve a ser un producto entretenido, con las pugnas de poder como tópicos fundamentales y con unos flashbacks (se niegan a desprenderse de Berlín) muy llamativos. La serie sabe de sus virtudes y cuando las logra poner en ejercicio, tiene momentos que te enganchan. Pero, así como saben de ello, también deberán entender que todo tiene su fin y el de "La casa de papel" debe llegar pronto. La historia lo necesita para tener un cierre mucho más contundente sin la necesidad de alargarse tanto.