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El crudo relato de los últimos momentos del joven asesinado en Cañete

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- Periodista Digital:
Cooperativa.cl

Sergio Vidal, el primo de Moisés Orellana, reveló la versión de uno de los amigos de la víctima, quien murió tras ser baleado en la cabeza.

"Te lo pitiaste, vámonos", habría dicho uno de los encapuchados al responsable del disparo antes de huir del lugar.

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"En ningún momento pensaron que Moisés había recibido el disparo", asegura su primo, pues sus amigos escuchaban que seguía respirando.

Casi una semana después del asesinato de Moisés Orellana en Cañete, su primo Sergio Vidal contó de qué manera vivió sus últimos momentos, de acuerdo al joven que estaba sentado junto a él en su automóvil antes del ataque.

El familiar de la víctima reveló en "Pauta Libre" de La Red que tras beber con amigos por alrededor de 20 minutos cerca de un camino rural, dos vehículos se estacionaron frente a ellos. Al menos cinco personas se bajaron de cada uno "con chalecos antibalas, cara cubierta, armas y los apuntaron de frente" aparentemente con una escopeta, por lo que los jóvenes pensaron que eran fiscalizadores que podrían sancionarlos por un posible incumplimiento del toque de queda.

Fue entonces que los encapuchados comenzaron a gritarles que se fueran, a lo que los jóvenes levantaron las manos para anunciar que se retirarían: "Mi primo toma las llaves del vehículo, lo hace andar y de repente sienten solamente un disparo, y la persona que estaba al lado dice que sintió un calor en la cara y que lo único que atinó a hacer fue a taparse la cabeza".

"En ningún momento pensaron que Moisés había recibido el disparo. Cuando se tapan la cabeza escuchan un ruido como de un vaso de agua que cae en el piso, un ruido constante, y escuchan como un ronquido de Moisés, y a la vez a las personas afuera discutiendo entre ellas, donde uno decía 'te lo pitiaste, ¿qué hiciste?' vámonos'", narró el primo de la víctima.

Los amigos de Moisés se mantuvieron con la cabeza tapada para tratar de "hacerse los muertos y esperando que les siguieran disparando, porque pensaban que eso iba a seguir", hasta que alrededor de cinco minutos después los encapuchados se retiraron en sus vehículos.

"En ese momento el acompañante de Moisés le comienza a pegar con el codo y le dice 'vámonos ahora, porque este camino no tiene salida y ellos van a tener que devolverse', y Moisés no reaccionaba. Seguían escuchando este ruido como de agua que caía, y se dan cuenta de que lo que está cayendo es sangre de su cabeza", explicó.

"No pensaban que estaba muerto"

Cuando estaban intentando mover a la víctima hacia atrás para llevarla al hospital, "escucharon de 10 a 12 disparos nuevamente y dijeron 'nos vienen a matar, vienen a acabar con nosotros porque somos los testigos de esto', entonces salieron corriendo como pudieron a esconderse en los alrededores", y comenzaron a contactar a la familia de Moisés y a Carabineros, quienes llegaron 20 minutos después.

"En un comienzo no pensaban que estaba muerto porque su cara estaba intacta, porque el disparo fue atrás. Mis tías tomaban su mano y él la apretaba mientras agonizaba. No habló nunca más después del disparo, entonces toda la familia tiene esto en la cabeza", señaló.

En ese sentido, reconoció que "toda mi familia tiene miedo, los chicos que sobrevivieron tienen miedo, hasta yo tengo miedo de estar dando la cara acá, porque no sabemos con qué tipo de personas estamos enfrentando. Sabemos que tienen acceso a armas, a chalecos antibalas, conocen la zona, reciben algún tipo de información de alguna parte y nunca los encuentran. Es lo que más nos preocupa".

Además, cuestionó las diligencias investigativas que siguieron al crimen, pues "cuando se hizo el peritaje del vehículo, fueron en la noche con los dos chicos luego de prestar la declaración, y no se pudo hacer el peritaje porque supuestamente no había luz. No se cercó el vehículo, quedó abandonado. Podrían haber vuelto estas personas y haberlo quemado y haber perdido todas las pruebas".