Museo Claudio Arrau de Chillán luce rostro renovado a 30 años de la muerte del pianista

La reapertura del Museo Interactivo Claudio Arrau León, en Chillán, destacó este miércoles dentro del programa conmemorativo de los 30 años de muerte del pianista chillanejo, considerado uno de los más importantes músicos del siglo veinte.

El edificio fue sometido a su primera remodelación desde que fue inaugurado hace 16 años, a través del Programa de Financiamiento de Infraestructura Cultural Pública y/o Privada, Convocatoria 2019 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, por una inversión de 109 millones de pesos.

Se trata de una edificación levantada donde estuvo la casa del pianista, en la céntrica calle que hoy lleva su nombre, y donde siendo pequeño aprendió las principales obras de Mozart, Beethoven, Chopin y Schumann.

"Las obras contemplaron pavimentos, cielos falsos, impermeabilización de muros y losas, pinturas, interior y exterior, y mejoramiento en las canalizaciones de las aguas lluvia. Además, se crearon dos nuevas salas, una para el área de reserva, y otra, que se destinará a programas de extensión del museo como exposiciones temporales", señaló su director Eduardo Peña.

"Nosotros estamos siempre dispuestos a financiar proyectos que sean importantes para la comunidad, pero sobretodo, conducidos por equipos que trabajen de manera responsable. Y el trabajo de este museo, ha sido ejemplar", indicó la seremi de las Culturas, Soledad Castro.

En tanto, el alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, indicó que "este museo es de un hombre nacido en esta tierra pero que le pertenece al mundo".

Ofrenda a los pies de su tumba

La muerte del pianista chillanejo ocurrió en Austria, el 9 de junio de 1991, y desde entonces, se ha establecido la tradición de colocar una ofrenda floral a los pies de su tumba, en el Parque de los Artistas, en el Cementerio Municipal de Chillán.

Este año, en la ceremonia se escucharon la interpretación de piezas ejecutadas por el pianista y al ensamble lírico Ramón Vinay, dirigido por Luis García Viera, con la interpretación de "Lacrimosa" de la Misa de Réquiem de Mozart.