Nueva Zelanda rebaja el impuesto al combustible tras alza por guerra en Ucrania
Además, el gobierno recortará a la mitad las tarifas del transporte público durante ese mismo período como parte de un paquete de alivio.
La rebaja del combustible supondrá un ahorro de unos 11 dólares neozelandeses por llenar un tanque de 40 litros.
El Gobierno de Nueva Zelanda rebajó este lunes el impuesto a los combustibles y las tarifas del transporte público en respuesta al incremento del coste de vida en el país oceánico a raíz de la crisis energética provocada por la invasión de Rusia a Ucrania.
"La crisis energética global se ha agudizado rápidamente y es por ello que el Gobierno ha dado un paso adelante para recortar el impuesto al combustible", dijo en un comunicado la primera ministra, Jacinda Ardern.
El impuesto a los combustibles y los peajes se rebajarán en 0,25 dólares neozelandeses (0,17 dólares o 0,15 euros) por litro durante los próximos tres meses, lo que supondrá un ahorro de unos 11 dólares neozelandeses (7,46 dólares o 6,84 euros) por llenar un tanque de 40 litros, según el Ejecutivo.
Asimismo, el gobierno recortará a la mitad las tarifas del transporte público durante ese mismo período como parte de un paquete de alivio para responder al incremento del coste de vida que incluye incrementos a las subvenciones familiares y los aportes a los fondos de pensiones, entre otros.
"No podemos controlar la guerra en Ucrania ni la continua volatilidad de los precios del combustible, pero podemos reducir el impacto en las familias neozelandesas", recalcó Ardern.
De acuerdo al ministro neozelandés de Finanzas, Grant Roberson, el precio de la gasolina de 91, muy usada por sus compatriotas, ha aumentado, en gran parte por el conflicto en Ucrania, en un 15 por ciento desde principios del año hasta la semana pasada.
La gasolina y el gasóleo han superado durante varias semanas sus máximos históricos en plena crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania, una situación que parece no tener un final cercano tras el embargo impuesto por EEUU y Reino Unido al crudo ruso.