Guillermo Larraín: La incertidumbre será un poco más acotada si gana el Apruebo
En Cooperativa, el economista planteó que como esa opción valida la propuesta constitucional, la inquietud radica más bien en su eventual interpretación.
En contraste, "hay que reconocer que el triunfo del Rechazo no tiene garantizado nada", y aplazar el proceso constituyente puede irritar a la ciudadanía, alertó.
"Hay gente que hace una lectura muy simplista de un triunfo del Rechazo (...) que producto de eso se van a pasar los males en el ámbito financiero", opinó el experto.
El economista Guillermo Larraín (DC) proyectó que la incertidumbre política que plaga al país sería algo más reducida en el caso de que triunfe el Apruebo en el plebiscito de salida, que si ganara el Rechazo.
"Creo que hay gente que hace una lectura muy simplista de un triunfo del Rechazo, sobre todo mucha gente de derecha y en el mundo empresarial, que está confiada en que puede haber un triunfo del Rechazo, y que producto de eso se van a pasar los males que estamos viendo en el ámbito financiero", reflexionó el ex presidente del Banco del Estado en El Diario de Cooperativa.
El académico de la U. de Chile agregó que "habrá que ver cómo reacciona la gente después (del plebiscito), pero hay que reconocer que el triunfo del Rechazo no tiene garantizado nada al día siguiente, y por lo tanto, no tenemos claridad de cuáles van a ser las señales políticas que se le van a dar al país en términos de cuál va a ser el procedimiento mediante el cual se va a cambiar una Constitución que ya fue rechazada por el 80 por ciento de la ciudadanía".
"No sé cómo se va a tomar la gente el hecho de que se postergue por un tiempo indefinido una situación que ya se prolonga por muchos años, por lo tanto, creo que allí hay una incertidumbre, y eso le hace mucho mal a la economía", advirtió.
En tanto, sostuvo que en el caso de un triunfo del Apruebo, esta condición "existe también, pero creo que está un poco más acotada, porque hay un camino que ya está establecido, es decir, va a haber un texto; puede que a uno no le guste, pero el texto está ahí".
"Los espacios de incertidumbre tienen que ver con cómo se va a interpretar: qué autoridades -por ejemplo- van a ser nombradas en el Consejo de la Justicia, en la Corte Constitucional; cuál va a ser el orden en el cual se van a implementar las leyes de transición, o sea, hay un montón de incertidumbre, pero un poco más acotada", reiteró.
En ese sentido, estimó que en estos meses previos al plebiscito, "todos los actores políticos tienen que hacer un esfuerzo grande por reducir los niveles de polarización. No es verdad que el país se acaba o va a haber una hecatombe en el caso de que triunfe el Apruebo o el Rechazo".
Para el economista, "está claro que va a haber una nueva Constitución" gane cualquiera de las opciones, y como las ideas basales que propone la derecha para un nuevo proyecto se asemejan al fondo del actual, prevé que "si se detona un nuevo proceso constituyente, lo más probable es que lleguemos a componentes similares a los que tiene el proyecto actual, y si es que estuviéramos de acuerdo en eso, los niveles de incertidumbre y de polarización se reducen".
"ADICCIÓN A LOS BONOS"
Respecto a las nuevas ayudas propuestas por el Gobierno con motivo del invierno, que han sido criticadas por algunos expertos por su impacto inflacionario, Larraín reconoció que "tienen un efecto, pero es relativamente acotado, en ese sentido, no me preocupa particularmente".
En cambio, "me preocupa más el hecho de que la economía chilena se viene acostumbrando con demasiada insistencia a estos bonos (...) En los últimos 10 años, hay como una especie de adicción al bono, y me parece que hay que empezar a sincerar que la economía no funciona así".
"Queremos tener políticas sociales progresistas, que le lleguen a la gente que más lo necesita, pero el bono son como gotitas de agua, como migajas que caen, y creo que eso no es algo a lo que debiéramos aspirar", enfatizó el ex superintendente de Pensiones.
Si bien dijo entender la implementación única del Bono Invierno en el contexto económico actual, reafirmó que "sería útil que el sistema político empezara a trabajar y a madurar la idea de que la política social no se hace con bonos, sino que con instrumentos bien financiados, de largo plazo y consistentes, y estos bonos deben ser mirados de forma extraordinariamente excepcional".