¿Estaba delirante o consciente? Investigador entrega dato clave en el caso de Antares de la Luz

Este jueves 25 de abril se estrenó en Netflix "Antares de la Luz: La secta del fin del mundo", un documental sobre el recordado caso de la Secta de Colliguay.

Este grupo, liderado por Antares de la Luz, profesaba un delirio mesiánico relacionado al mito del fin del mundo anunciado por la civilización Maya para el año 2012. En ese contexto, la organización concretó el primer sacrificio humano registrado en la historia de Chile.

"Es un caso relevante e histórico, digno de comentar. Es una historia bastante compleja que se puede ver desde distintas ópticas", aseguró a Cooperativa Cristián Jiménez, psicólogo forense de la PDI y miembro de la investigación sobre la Secta de Colliguay.

El policía, que es parte de la película dirigida por Santiago Correa, señaló que Ramón Castillo Gaete (Antares de la Luz) poseía un perfil de tipo psicopático y que llevaba a cabo "una vida parasitaria". "Utilizaba herramientas para reconocer las debilidades de las personas e irlos explotando", complementó.

Antares no estaba delirando

En ese sentido Jiménez sostuvo que Castillo actuaba en pleno conocimiento de sus actos pese a sus delirios apocalípticos. "En todas las sectas lo que busca el líder es reducir al mínimo el pensamiento divergente de sus adherentes. Si bien él no delira, genera en sus adeptos, a través de la ayahuasca, un estado disociativo en los que sí deliran. En esos quiebre él planta estas ideas místicas que los convencen", detalló.

Sobre el crimen cometido contra su hijo de tres días de vida, el investigador complementó que Antares "no estaba fuera de sí cuando comete el asesinato".

"Cuando Natalia Guerra tiene 3 meses de embarazo él ya tiene el fin. Toman medidas para aislarla, la trasladan, la ocultan de la familia. Hay una estrategia desplegada para tapar el hecho, hay una planificación. Sabe la gravedad del acto y se toman todas las medidas para su ocultamiento, eso da cuenta de su conciencia", concluyó.