El Gobierno puso en marcha este miércoles el nuevo Sistema Nacional Satelital (SNSat), que en el corto plazo incluye el envío al espacio de 10 satélites -ocho de ellos fabricados en nuestro país- y dispondrá, a su vez, de tres estaciones terrestres para la recepción de datos e información.
Fue el Presidente Sebastian Piñera el encargado de presentar este plan en 2019, que busca reemplazar al actual sistema de observación FASat-Charlie, inaugurado en 2011 pero cuya vida útil expiró hace cuatro años.
Según explicó hoy el ministro de Defensa, Baldo Prokurica, en una ceremonia realizada en el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, el proyecto coordina las acciones de su cartera, la Fuerza Aérea de Chile (FACH) y el Ministerio de Ciencias, tras un proceso de licitación internacional en la que participaron 45 empresas de todo el mundo y que culminó con la adjudicación al consorcio israelí ImageSat International (ISI), con un contrato de cinco años.
"Hoy es un día muy importante porque Chile comienza una nueva era espacial", destacó Prokurica, quien aseguró que "los usos y proyecciones de este sistema son enormes gracias al doble rol de estos que cumplirán estos satélites, civiles y militares".
"Estamos hablando de un paso muy importante que, además, está incorporando a las regiones con convenios que hemos celebrado los distintos ministerios con Magallanes y Antofagasta y donde también habrá un centro de formación al que se van incorporar las universidades chilenas para que también puedan participar de estos procesos", añadió el titular de Defensa.
Prokurica señaló, además, que este sistema "tendrá acceso a constelaciones internacionales de cerca de 250 satélites".
"Esto no es solamente la compra de satélites, sino que vamos a fabricar muchos de ellos en Chile en colaboración con la empresa con la que estamos firmando el contrato. Esto abre posibilidades de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento y, por lo tanto, de apertura de una industria en nanosatélites y cargas útiles que puede ser proyectada a muchos otros ámbitos, como la observación astronómica", señaló, por su parte, el ministro de Ciencia, Andrés Couve.
"La ciudadanía tendrá acceso expedito a estos sistemas y, a través de la nueva institucionalidad espacial, podremos utilizarlas para la observación de nuestro territorio en temas tan relevantes como desastres de origen natural y cambio climático, entre muchos otros", afirmó el secretario de Estado.
Las estaciones terrestres estarán ubicadas en Antofagasta, en el extremo norte, que tendrá libertad de desplazamiento; en Santiago, al centro, y en Punta Arenas, en la zona austral.
Además, el programa contempla la construcción de un Centro Nacional Espacial que se inaugurará en 2022 en Cerrillos. Allí habrá un laboratorio especializado en la fabricación de satélites y cargas útiles; un centro de emprendimiento e innovación espacial; el centro de control de misión espacial y otro centro destinado al análisis y procesamiento de la información geoespacial.
DETALLES DE LOS SATÉLITES Y PLAZOS
El SNSat permitirá a Chile disponer no solo de un satélite como ha sido hasta la fecha, sino de una verdadera "constelación" de 10 nuevos satélites que reemplazarán al FASat-Charlie, según las autoridades.
A 2025 se contempla poner en órbita tres minisatélites de menos de 100 kilos cada uno y otros siete microsatélites de entre 12 y 13 kilos.
La empresa SpaceX, propiedad del multimillonario Elon Musk, será la encargada de poner en órbita los artefactos.
Ocho de los 10 satélites serán construidos íntegramente en Chile, por técnicos e ingenieros nacionales pertenecientes a la FACH y también a varias universidades del país, anunció el ministro Prokurica.
El proyecto considera poner en el espacio entre 2021 y 2024 los satélites Fasat Delta, Fasat Echo 1 y Fasat Echo 2.
Los siete satélites más pequeños se lanzarán de la siguiente forma: uno en 2023, tres en 2024 y tres en 2025.
Junto con el SNSat, se está avanzando en el desarrollo de la estructura administrativa para el Sistema Espacial Nacional, que incorporará una nueva institucionalidad que permita una coordinación e integración efectiva entre distintos servicios públicos, y la participación permanente del mundo académico y el emprendimiento nacional en materias espaciales.