Un equipo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) ha llevado a cabo un descubrimiento desde sus instalaciones en Chile que esclarece cómo se forja el flúor, un elemento presente en nuestros huesos y dientes, en el universo.
Gracias al Atacama Large Milimeter/submilimeter Array (ALMA), ubicado en la Región de Antofagasta y del que el ESO es socio, este equipo de científicos ha podido detectar flúor en una galaxia tan lejana que su luz ha tardado más de 12.000 millones de años en llegar hasta nosotros, suponiendo la primera vez que se encuentra este elemento en una galaxia de formación activa tan distante.
"Todos conocemos el flúor, pues la pasta dentífrica que usamos todos los días lo contiene", recordó en un comunicado Maximilien Franco, investigador de la Universidad de Hertfordshire del Reino Unido y director de este estudio que se publica hoy en la revista Nature Astronomy.
Franco ha explicado que, como la mayoría de elementos, el flúor se crea dentro de estrellas, pero hasta ahora no estaba claro cómo se producía este componente.
"Ni siquiera sabíamos qué tipo de estrellas producía la mayor parte del flúor del universo", añadió Franco.
El investigador y sus colaboradores captaron flúor (en forma de fluoruro de hidrógeno) en grandes nubes de gas de la distante galaxia NGP-190387, que se observa tal cual era cuando el Universo tenía sólo 1.400 millones de años, aproximadamente el 10% de su actual edad.
Dado que las estrellas expulsan los elementos que forman en sus núcleos al final de sus vidas, esta detección implica que las estrellas que crearon flúor deben haber tenido un ciclo de vida y muerte muy rápidos.
El equipo cree que las estrellas Wolf-Rayet, estrellas muy masivas que viven solo unos pocos millones de años, un abrir y cerrar de ojos en la historia del Universo, son los lugares donde probablemente se produce el flúor. Sólo así se explican las cantidades de fluoruro de hidrógeno que detectó el equipo.
"Hemos demostrado que las estrellas Wolf-Rayet, que se encuentran entre las estrellas más masivas que se conocen y que pueden explotar violentamente al final de sus vidas, nos ayudan, en cierta forma, a mantener una buena salud dental", bromeó Franco.
El descubrimiento en NGP-190387 representa una de las primeras detecciones de flúor más allá de la Vía Láctea y sus galaxias vecinas.
Los astrónomos habían visto antes este elemento en cuásares distantes, objetos brillantes alimentados por agujeros negros supermasivos en el centro de algunas galaxias pero nunca antes se había observado este elemento en una galaxia con formación estelar activa en una etapa tan temprana del Universo.