Después de un viaje espacial de siete años, una cápsula de la NASA aterrizará el domingo en el desierto de Utah con un puñado de rocas y polvo del asteroide Bennu, que promete proporcionar información única sobre la formación del sistema solar hace unos 4.500 millones de años.
Será la primera vez que la agencia espacial de Estados Unidos consiga traer a la Tierra las muestras de un asteroide. La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos en 2020, pero se trató de no más que una cucharadita de polvo y rocas, una cantidad mínima.
Esta misión de la NASA, bautizada como "Osiris-Rex", espera haber recolectado 250 gramos de restos del asteroide Bennu, aunque no se sabrá con certeza hasta que el 26 de septiembre se abra la cápsula que los contiene, según explicaron científicos de la NASA a la prensa.
Los expertos creen que Bennu contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar hace 4.500 millones de años y que podría arrojar luz sobre preguntas que han intrigado a la humanidad durante siglos, como el origen de la vida y del propio sistema solar.
Sobre las 8:42 hora local en Utah (14.42 GMT), la cápsula entrará en la atmósfera terrestre a una velocidad de aproximadamente 44.500 kilómetros por hora.
Después de ingresar en la atmósfera, se abrirá un paracaídas y, tras un descenso de unos 13 minutos, aterrizará a las 08:55 hora local (14:55 GMT) en el desierto de Utah.
En ese momento, los equipos de rescate se acercarán a la cápsula y la transportarán en helicóptero a una sala libre de cualquier otra molécula en una base militar cercana a este desierto, pues el valor de la muestra depende de que no esté contaminada por otras sustancias.
Pese a ello, como medida preventiva ante posibles contaminaciones, los expertos tomarán muestras de la zona de aterrizaje en el desierto de Utah, para poder distinguir las moléculas que provienen del asteroide de las terrestres.
¿POR QUÉ BENNU?
La NASA eligió Bennu porque es relativamente rico en moléculas orgánicas y podría ayudar a responder una de las grandes incógnitas de la ciencia: ¿Cómo consiguió la Tierra tener una abundancia de moléculas orgánicas y agua líquida, dos ingredientes clave para la vida?
Los científicos creen que esas moléculas podrían haber llegado a nuestro planeta a bordo de meteoritos y, por tanto, analizar la composición de Bennu les servirá para comprobar -o descartar. esa hipótesis y esclarecer qué papel podrían haber jugado los cuerpos celestes en el origen de la vida.
La otra razón por la que los científicos lo eligieron es porque tiene una órbita muy conocida, lo que facilitó que la nave nodriza "Osiris-Rex" pudiera acercarse para tomar muestras. En concreto, Bennu orbita alrededor del sol cada 14 meses, mientras rota cada cuatro horas.
Descubierto en 1999, se cree que Bennu se formó a partir de fragmentos de un asteroide mucho más grande tras una colisión. Mide medio kilómetro de ancho, aproximadamente la altura del Empire State Building, y su superficie negra y rugosa está llena de rocas grandes.
Además, existe la hipótesis de que Bennu colisione con la Tierra en 159 años y, aunque esta posibilidad es de solo un 0,057 por ciento, esta misión de la NASA también serviría para ver cómo cambiar la trayectoria del asteroide si fuera necesario, dijo a EFE el argentino Lucas Paganini, científico planetario de la NASA.