El científico argentino Gerónimo Villanueva, uno de los responsables del estudio dado a conocer recientemente que determinó la existencia de agua en Marte, está entusiasmado con la posibilidad de encontrar vida en ese planeta que cada día que pasa se parece más a la Tierra.
Este científico de la NASA estudia la habitabilidad en Marte que en el pasado se pensó colonizado por civilizaciones tecnológicas y al que en pocos años se enviará una primera misión tripulada, con la mente puesta en la posibilidad de encontrar vida.
"En los últimos años, el estudio del llamado planeta rojo ha revivido producto del descubrimiento de agua líquida en grandes cantidades y gas metano, lo que posibilita la existencia de vida en ese planeta", explica a Efe Villanueva, ingeniero del Centro Goddard de Astrobiología de la NASA.
Según Villanueva -que posee nacionalidad argentina, italiana y estadounidense- hubo una época en la que se pensó en la existencia de civilizaciones marcianas, una circunstancia que alimentó las mentes de científicos, escritores y cineastas de todo mundo.
Similar al desierto de Atacama
Pero después de las misiones enviadas "se descubrió que Marte era un planeta árido, un análogo del desierto chileno de Atacama, con una radiación extrema y bajísimas temperaturas en el que es imposible sobrevivir".
"Mi labor habitual consiste en el estudio del sistema solar, principalmente la atmósfera de Marte", relata este científico que trabaja en el Goddard Space Flight Center y está especializado en la búsqueda de moléculas orgánicas en Marte y en cuerpos de hielo.
Esto le ha llevado a participar en el equipo que está a cargo de ese auténtico laboratorio móvil que es el Curiosity y que hace unos días confirmó el hallazgo de agua en el cuarto planeta del Sistema Solar.
"Se está descubriendo que Marte tuvo un pasado muy habitable y puede serlo ahora también porque, cuando buscamos vida, lo hacemos bajo la superficie terrestre, donde se cumplen ciertas condiciones para la biología", detalla este científico argentino experto en electrónica y telecomunicaciones, que recaló en la NASA hace once años después de desarrollar su carrera en Europa.
Potencial "colonización humana"
Lo que hace a un planeta habitable, según este ingeniero, es la presencia de una corteza sólida, una atmósfera y agua líquida en su superficie, condiciones que hasta ahora sólo se dan en la Tierra.
Sin embargo, los recientes descubrimientos permiten apreciar que por debajo de las tierras marcianas se encuentra una "gran cantidad de agua líquida subterránea y gases orgánicos", lo que podría derivar, en un futuro lejano, en una colonización humana.
Desde 2012, la NASA se encuentra en una fase histórica de exploración interplanetaria, cuando el primer robot avanzado, el Curiosity, envió imágenes de la corteza de Marte, tras un viaje desde la Tierra de 567 millones de kilómetros.
"El plan de la NASA es enviar una expedición humana en 2032 pero todavía falta mucha tecnología por desarrollar, además de un presupuesto y voluntad política para concretarla", subrayó.
Programa de protección planetaria
Según Villanueva, una misión astronauta al espacio cuesta treinta veces más que una expedición robótica básica, lo que supone un rompecabezas logístico y requiere la adopción de una serie de condiciones por parte de las autoridades estadounidenses.
Una eventual visita del hombre a Marte significaría un avance en los estudios de la supervivencia del ser humano en el planeta rojo.
Frente a esto, Villanueva recalca lo importante que es "no ir a lugares que puedan ser futuros hábitat, para que no sean contaminados con algún tipo de actividad biológica humana", una política que se conoce en la NASA como "Programa de Protección Planetaria", señala este experto.
Los últimos descubrimientos en Marte hace que toda una línea de investigación cobre sentido, porque "indican que hubo una historia pasada rica y que puede haber un futuro interesante para la exploración".
El ingeniero argentino explica que la NASA enviará próximamente un satélite que orbitará alrededor de Marte para reconocer con exactitud la presencia de vida orgánica en el planeta.
También operará un taladro para investigar debajo de la superficie. "Creemos que hay algo interesante", asegura.
Y llevará un sismómetro "para estudiar el interior del planeta y una expedición robótica para continuar en detalle la composición de su geología", explica Villanueva, quien está convencido de que los grandes descubrimientos están por venir.