China se olvida de los problemas para disfrutar llegada del año del Mono
El rebrote de SARS y la influenza aviar no serán obstáculo para que grandes masas se desplacen por China para celebrar en sus tierras de origen.
El rebrote de SARS y la influenza aviar no serán obstáculo para que grandes masas se desplacen por China para celebrar en sus tierras de origen.
Casi 1.300 millones de chinos harán a un lado sus problemas para comenzar los festejos por la llegada del Año Nuevo de este jueves 22 de enero. Según el calendario lunar el vivaz mono, noveno símbolo del horóscopo, sustituirá a la plácida cabra.
Como es tradición, el país más poblado del mundo se paralizará durante una semana y cientos de millones de personas de desplazarán a sus lugares de origen para recibir el año 4702, que se espera será "turbulento", según los astrólogos.
Desde hace más de 4.000 años, las reuniones familiares y el estallido de fuegos artificiales, con el objetivo de espantar a los malos espíritus, son una costumbre obligada durante estas fechas.
Según el ministerio de Transporte, se producirán cerca de 2.000 millones de desplazamientos en las próximas semanas -un 63 por ciento de los chinos viajarán, según una encuesta-, que colapsarán las terminales de tren y la red de carreteras.
Esta marea humana, considerada el mayor movimiento de población en el mundo -incluso por delante de la peregrinación musulmana a La Meca-, pondrá a prueba la capacidad de las autoridades a la hora de evitar un nuevo rebrote de la neumonía atípica o la propagación de la influenza aviar.
Además de los estudiantes, que disfrutarán de 40 días de vacaciones, 130 millones de emigrantes rurales aprovechan estos días para retornar a sus hogares, tras 12 meses de soledad y trabajo duro en las grandes urbes costeras.
El hecho que un residente urbano medio se gaste durante estas fechas una cantidad equivalente al sueldo de dos meses muestra la importancia de esta festividad, conocida popularmente como la Fiesta de la Primavera.
Este evento, que celebra la llegada de la estación de la cosecha dos meses antes que en Occidente, concluye 15 días después con el Festival de la Linterna Roja, en el que se cuelgan farolillos de este color -símbolo de la unidad familiar- y se escenifican animadas actuaciones callejeras con dragones de papel.
Un año explosivo y sin renuncias
A la hora de augurar un 4702 "conflictivo", los astrólogos se basan en que este será un año que mezclará la madera y el metal -la vida tiene cinco elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua)-, combinación que propicia la inestabilidad.
Una mezcla tan explosiva no se registraba desde 4642 (1944), cuando Europa era escenario de la Segunda Guerra Mundial, por lo que este año podría repetir el mismo sino violento, vaticinan los agoreros.
A pesar de las campañas de reeducación, la superstición sigue teniendo un papel importante en la vida de los chinos, que se encomiendan a cualquier talismán, a la hora de desear que este año esquive los avatares del anterior, marcado por las epidemias y desastres naturales.
Los chinos se entregan a la tradición -no cortarse el pelo, llevar prendas rojas, no barrer el suelo y no hablar de la muerte-, al tiempo que visitan el altar de la buena fortuna en el templo budista más cercano.
A diferencia del año del Caballo, en el que casarse está casi prohibido, y el de la Cabra, en el que los índices de natalidad cayeron un 60 por ciento, el Mono se atreve con todo y no renuncia a nada.
La impaciencia que todos los chinos relacionan con el animal que protagonizará este año se usa comúnmente en China en la expresión "Espera al año del Mono", en el mismo contexto que "Sólo el cielo sabe cuándo" en Occidente.
Los animales del calendario tiene su origen en el budismo, religión proveniente de la India, ya que se cree que Buda convocó antes de morir a los animales para que se despidieran de él, y acudieron los 12 que forman el horóscopo chino.
Estos fueron la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. (EFE)