Policías y bomberos recomendaron cancelar la fiesta de fin de año en Río de Janeiro, a la que se espera que acudan dos millones de personas, ante la posibilidad de que se produzcan protestas "violentas" por "la grave crisis económica y política" que atraviesa el estado.
La sugerencia se recoge en una carta abierta dirigida a las autoridades estatales y locales de Río de Janeiro y firmada por Adalberto de Souza, presidente de la Asociación de Oficiales Militares Activos e Inactivos de la Policía Militar y del Cuerpo de Bomberos (Aomai).
"Previendo la posibilidad de manifestaciones que por el número de personas involucradas podrían tomar proporciones violentas y perjudiciales para la integridad de los allí presentes, recomienda cancelar los espectáculos artísticos y pirotécnicos en el municipio de Río de Janeiro", señaló en la misiva De Souza.
Entre los argumentos expuestos por la Aomai está "la grave crisis económica política y financiera" en la que vive inmersa el estado de Río de Janeiro, que en junio pasado, antes del inicio de los Juegos Olímpicos, se declaró en estado de "calamidad financiera" (quiebra).
La asociación aprecia que las "innumerables protestas" que se han venido desarrollando contra la administración estatal por el retraso en el pago de los salarios de los trabajadores públicos, así como por los recortes planteados por el Gobierno, se repetirán durante los festejos del fin de año.
"Principalmente en las playas cariocas, con una dimensión y un alcance incalculables", agregó en la nota, donde también recordó las protestas que tuvieron lugar durante la celebración de la Copa del Mundo de fútbol en 2014 y de los Juegos Olímpicos de este año.
La ciudad de Río de Janeiro espera unos dos millones de personas, incluyendo 865.000 turistas, para su Reveillon, como es conocida la tradicional fiesta carioca de despedida del año, aunque este año la crisis ha obligado a la municipalidad a reducir los recursos para el espectáculo.
La velada, que tendrá lugar en la playa de Copacabana durante la noche del último día de 2016 y la madrugada del 1 de enero de 2017, estará amenizada por artistas y espectáculos de diversa índole, como el que presentará la escuela de samba Mangueira, campeona del último Carnaval de Río de Janeiro.
Sin embargo, este año, la falta de patrocinadores provocada por la grave recesión en la que está inmersa Brasil, que completará dos años de crecimiento negativo, obligó a la Alcaldía a reducir a solo 12 minutos su espectáculo de fuegos, por los 16 del año pasado o los cerca de veinte de otras épocas, entre otros recortes.