La esterilización, la vacunación y la desparasitación son cuidados básicos para los gatos que las personas adoptan como mascotas en sus casas y departamentos, pero según los expertos hay que agregar una preocupación por su alimentación, pues se trata de animales muy delicados en su sistema digestivo.
"Es esencial la prevención desde la nutrición. Los gatos son lo que en biología se denomina 'carnívoros estrictos'. Eso quiere decir que necesitan un gran aporte de proteína de origen animal. Al escoger la dieta para tu gato no sólo hay que tener en cuenta la cantidad de proteína que ésta contiene, sino también la calidad", explica Macarena Quiroga, médico veterinario de GranPlus, marca española de alimento recién lanzada al mercado por la empresa Southpoint.
Por ello la mejor proteína a privilegiar es la proteína animal, "idealmente real proteína animal con origen muscular", agrega la experta, que destaca las características de los productos que ofrece la mencionada compañía.
Y luego pasa a detallar cuáles son los alimentos que están prohibidos para los felinos domésticos y que muchos les dan de comer por falta de información. Algunos parecen obvios, pero otros sorprenden.
- Leche y sus derivados. Tradicionalmente se ha considerado que la leche es un alimento adecuado para los gatos. Sin embargo, una vez el gatito es destetado, su cuerpo deja de producir la enzima lactasa que permite digerir la lactosa. Por esta razón un gato que ingiere lactosa puede padecer diarreas, vómitos y otros problemas digestivos.
- Huesos y espinas. Los huesos pequeños, sobre todo los de ave, se astillan con facilidad y pueden producir heridas, desgarros y úlceras en el esófago y el intestino del gato, del mismo modo que las espinas del pescado.
- Embutidos, conservas de carnes y pescados para personas, y otros alimentos con sal. Los gatos tienen un aparato renal muy delicado y no gestionan bien los excesos de sal. Pueden provocarles hipertensión, daños renales y otros problemas sistémicos.
- Cecina, tocino, mantequillas y otros alimentos grasos. La dieta del gato debe ser muy rica en proteínas, pero muy baja en lípidos. Las grasas son alimentos prohibidos para gatos, especialmente las saturadas, pues pueden provocarles pancreatitis.
- Chocolate. El cacao contiene teobromina, una sustancia que la mayoría de los animales, incluidos el gato y el perro, eliminan muy lentamente y es tóxica. Puede provocarles taquicardia, diarrea, vómitos, fallos orgánicos y hasta el coma y la muerte si la ingesta es muy elevada.
- Alcohol. La mayoría de los animales, incluyendo al gato, son incapaces de metabolizar el alcohol. Las bebidas con alcohol y otros alimentos fermentados son muy tóxicos para ellos y pueden fácilmente ocasionarles la muerte.
- Dulces y productos azucarados. Tanto el azúcar como otros endulzantes son alimentos perjudiciales en el gato, ya que su metabolismo no está preparado para asimilarlos. Además, su paladar tampoco está adaptado a estos alimentos y no disfrutan del sabor dulce.