Científicos chilenos demostraron cómo nuestras canciones y personajes favoritos dejan de serlo
Aseguran que hallaron un patrón del "proceso de olvido", que se repite en películas y piezas culturales.
Aseguran que hallaron un patrón del "proceso de olvido", que se repite en películas y piezas culturales.
¿Te has preguntado cómo esas canciones que alguna vez se repetían una y otra vez en tu cabeza dejaron de ser tus favoritas? Tomando en consideración la famosa frase de Pablo Neruda, "es tan corto el amor, y es tan largo el olvido", un grupo de científicos chilenos tomó esa premisa y comprobó cómo canciones, películas y personajes dejan de ser nuestras favoritas.
Según una investigación publicada en la revista Nature, el "proceso de olvido" en la memoria colectiva sigue un patrón universal, caracterizado por una caída inicial rápida y de corta duración, seguida de un punto de inflexión a un descenso más lento y de larga duración, lo que matemáticamente queda descrito por una función biexponencial.
De alguna forma, se puede comparar al enamoramiento de las personas, pero en grupos sociales con productos culturales, por ello surgen las modas e íconos que luego decaen.
La atención que recibe un libro, película, canción o artículo científico tiende primero a aumentar, y luego a decaer. Esa atención está determinada tanto por el apego preferencial (la idea de que la popularidad atrae mas popularidad) como por el inevitable paso del tiempo.
Candia y sus colaboradores generaron un modelo matemático para describir esta dinámica: Cuando nace, por ejemplo, una canción que resulta pegajosa, se vuelve popular y todas las radios lo tocan. Ese es el punto cero de este modelo matemático, cuando comienza a decaer y se observa un primer período de olvido corto e intenso sustentado por la memoria comunicativa. Mientras más conversamos sobre algo, más presente lo tenemos, hasta que dejamos de hablar de ello y se genera un punto de inflexión donde la dinámica cambia.
Cuando prestamos menos atención a la canción, la olvidamos de forma más lenta. Como ya no conversamos sobre ello, la atención que recibe esa canción se sustenta en la memoria cultural, el registro al que podemos acceder de forma más esporádica. Ambas tasas determinan este modelo biexponencial, pero decrecen a ritmos diferentes según el producto cultural: una canción puede estar presente en nuestra memoria comunicativa y en promedio ser parte de la "conversación" por hasta 5 años, mientras que, en cuanto a material biográfico, la memoria comunicativa puede extenderse hasta por décadas.
El estudio fue dirigido por Cristian Candia, primer Ph.D. en Ciencias de la Complejidad Social de la Universidad del Desarrollo, quien usó datos de citas de publicaciones académicas y patentes industriales, además de datos de atención online que reciben canciones, películas, e íconos culturales.
Para Alin Coman, experto en psicología y memoria colectiva y director del laboratorio Socio-Cognitives Processes de la Universidad de Princeton, la contribución más importante del paper de Candia y sus colegas es "haber tomado un enfoque de big data para explorar las dinámicas de la atención colectiva y, por extensión, entender la formación de memorias colectivas".
Coman agregó que "este artículo señala que, una vez que está 'puesto' de alguna manera en el mundo, sabemos cómo decaerá la atención colectiva hacia ese producto cultural durante el tiempo: en un modo biexponencial".
El trabajo se realizó junto a César Hidalgo, su equipo Collective Learning del MIT, y Albert László Barabási de la Northeastern University como parte de la tesis de Candia.