El calor es un factor fundamental a la hora de dormir y con las altas temperaturas que hemos registrado, conciliar el sueño no es una tarea fácil.
Con las altas temperaturas que se han registrado hasta el momento -y las que están por venir-, es imposible no pensar en la hora de dormir. Y es que pocos resisten el calor de noche.
"Los aspectos ambientales como la temperatura elevada nocturna pueden afectar negativamente la calidad de sueño, perturbando los mecanismos normales de control interno, como la sudoración excesiva que puede llegar a la deshidratación", explica el médico Pedro Moya, neurólogo de Clínica Somno.
Además, agrega que "la incomodidad en la cama y habitación aumentan significativamente cuando la sensación térmica aumenta, con riesgo de insomnio y sueño muy superficial o fragmentado".
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