Un total de 31 calderones también conocidos como ballenas piloto murieron y otros 34 se encuentran en peligro al encallar en aguas poco profundas en la isla Sur de Nueva Zelanda, indicaron este martes las autoridades locales.
Los equipos de rescate, que tuvieron que sacrificar un ejemplar debido a su mal estado, afirmaron que es demasiado peligroso tratar de trasladar a alta mar a los cetáceos hasta que no haya marea alta.
Los calderones, conocidos popularmente como ballenas piloto, fueron descubiertos el lunes por funcionarios del Departamento de Conservación a dos o tres kilómetros de la playa en Golden Bay, en la costa norte de la Isla Sur.
"Se encuentran en un lugar remoto y peligroso, lo único que podemos hacer es vigilar. No soy muy optimista de que podrán salvarse", declaró al diario New Zealand Herald John Mason, portavoz del Departamento de Conservación.
En realidad, los calderones no son ballenas sino cetáceos de la familia de los delfines y se distinguen por una protuberancia en sus cabezas llamada "melón" y sus grandes dimensiones, de hasta 7 metros de longitud y 3 toneladas de peso.
En casos Coronel
En la Región del Bío Bío, en Chile, se registraron dos casos de ballenas varadas en playas durante las últimas semanas.
El primer suceso ocurrió la tarde del miércoles 2 de noviembre, cuando a eso de las 19:00 horas un cetáceo de aproximadamente 12 metros de largo apareció en la playa Maule, en la comuna de Coronel. Los vecinos del sector se preocuparon por la posibilidad de que el animal aún se encontrara con vida, pero tras el examen de las autoridades se constató que llevaba horas fallecido.
Más de una semana después, otro animal apareció encallado en la zona, específicamente en el sector de Puerto Sur en la Isla Santa María. El mamífero fue descubierto alrededor de las 07:00 horas del jueves 10 de noviembre en Punta Guanaye, un lugar de difícil acceso hasta donde concurrieron pescadores artesanales y funcionarios de la Armada para resolver lo que se haría con los restos.