Mutaciones genéticas explican manchas y rayas en guepardos y gatos domésticos
Modificaciones del Taqpep causan el patrón atigrado en manchas.
Otro gen, conocido como Edn3, controla el color del pelaje.
Modificaciones del Taqpep causan el patrón atigrado en manchas.
Otro gen, conocido como Edn3, controla el color del pelaje.
Las mutaciones en un par de genes que comparten los guepardos y los gatos atigrados producen los patrones de rayas en los felinos domésticos y de manchas en los chitas salvajes, según un estudio que publicó la revista Science.
Muchos gatos domésticos tienen pelaje y patrones de colores similares a los de los felinos salvajes como los tigres y los guepardos (Acinonyx jubatus), lo cual indica que esas características responden a los mismos genes.
En los gatos atigrados esos patrones aparecen como verdeles o caballas con franjas verticales estrechas, o como manchas con remolinos oscuros.
Christopher Kaelin y sus colegas en el Instituto HudsonAlpha de Biotecnología en Huntsville (Alabama) estudiaron el genoma de gatos asilvestrados en el norte de California y descubrieron que la pérdida de un gen, denominado Taqpep, trastorna los patrones de color del felino sin afectar otros sistemas de órganos.
Las pruebas de laboratorio revelaron que las mutaciones del Taqpep causan el patrón atigrado en manchas tanto en los gatos domésticos como en una cepa rara de chitas en el Africa al sur del Sáhara.
Los investigadores estudiaron luego la expresión de genes en las pieles de fetos de gato y guepardo cuando crecían en el útero, y encontraron que otro gen, conocido como Edn3, controla el color del pelaje en estos patrones atigrados.
El examen de ratones modificados genéticamente confirmó que el Edn3 probablemente es el regulador maestro de los patrones de colores en la pelambre de los felinos.
Sobre la base de estas conclusiones los investigadores diseñaron un modelo que ayuda a explicar cómo los patrones de pelambre y color se desarrollan en los felinos, tanto salvajes como domesticados, y por qué tales marcas atigradas cambian de tamaño pero no de número a medida que el animal crece.