Los arrecifes de coral desaparecen por el cambio climático veinte veces más rápido que los bosques tropicales, según aseguró el presidente de la Sociedad Americana de Oceanografía y Limnología, el portugués Carlos Duarte.
Los últimos datos en poder de Duarte señalan que la tasa de pérdida de arrecifes se sitúa en torno al nueve por ciento anual y que entre 2010 y 2020 las masas coralíferas estarán afectadas, mayoritariamente, por la enfermedad del "blaqueamiento", causada por el aumento de temperaturas de las aguas.
Si el agua supera los 29 grados centígrados, los corales sufren "estrés térmico" y expulsan zooxantelas, unas algas microscópicas que aportan alimento y contribuyen a su vivo colorido, una pérdida que si no se restaura puede producir su muerte.
Duarte advirtió que los efectos del cambio climático son, incluso, mayores en otros ecosistemas marinos, sobre todo en el Mediterráneo, donde la pesca de grandes depredadores como los atunes, ha desencadenado que los océanos se llenen de medusas, las que depredan larvas de peces.
Para el biólogo portugués, otro de los hábitats más afectados es el polar, especialmente el Artico, donde, según un estudio difundido esta semana, para el año 2040 la capa de hielo perpetua que lo cubre podría haber desaparecido.
En opinión de Duarte, estos cálculos son "conservadores", ya que la pérdida de esta capa podría producirse "incluso antes", dañando seriamente a la biodiversidad de la fauna ártica, ya que al desaparecer el hielo, el océano absorberá grandes cantidades de radiación ultravioleta, lo que acelerará el calentamiento global en el resto del planeta.
En general, dijo, se ha producido un deterioro de la calidad del agua debido a los vertidos agrícolas, industriales y urbanos, que causan eutrofización, es decir, exceso de nutrientes y materia orgánica e hipoxia (reducción en las cantidades de oxígeno).
No obstante, remarcó, los esfuerzos internacionales para proteger los océanos están muy por detrás de las medidas para preservar la biodiversidad terrestre.
Duarte abogó por comenzar una "era de exploración oceanográfica", ya que, según las previsiones del investigador, el mar aportará en un futuro la primera fuente de energía y alimento de la que eventualmente dependeremos todos. (EFE)