Este fin de semana, en Ciudad de México hubo cielo azul. Algo normal en muchas ciudades del mundo, pero que, cuando sucede en la capital mexicana, se convierte en noticia.
En especial ahora, pues en las últimas semanas el Distrito Federal ha mantenido un protocolo de "precontingencia ambiental" ante el incremento de la contaminación en el aire que, desde el inicio de 2013, se ha acumulando en su horizonte.
Algo preocupante en una ciudad donde, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), mueren 3.000 personas al año por enfermedades respiratorias relacionados con la contaminación.
Por ellos se ha restringido la circulación de automóviles, a la gente se le recomienda no permanecer mucho tiempo en las calles y en las escuelas se prohibió la educación física al aire libre.
En las últimas semanas el gobierno local ha emitido seis declaratorias de este tipo. Y sin embargo, al mismo tiempo asegura que la contaminación en la capital mexicana "mantiene una tendencia a la baja".
¿Cómo se explica eso? Las autoridades dicen que lo límites máximos permitidos de IMECAS (medida con la que se escala el ozono y partículas suspendidas en el aire) se han vuelto más estrictos para hacer cumplir una norma que, de acuerdo con algunos, tiene un retraso de casi 20 años en su aplicación.
La secretaria del Medio ambiente local, Tanya Müller, asegura que este cambio no significa necesariamente que el fantasma de la contaminación haya regresado. Por el contrario, asegura que la polución en el Distrito Federal ha disminuido: "Ahora la medición que utilizamos para emitir la precontingencia es más estricta. Estamos hablando de que en 2006 se consideraban 199 puntos IMECA para emitir una alerta de precontingencia; ahora con 150 puntos es suficiente para comenzar con el programa, es algo innovador y necesario".
A la baja
"De hecho, la tendencia de la contaminación en la ciudad durante los últimos 15 años ha sido a la baja", le dice la funcionaria a BBC Mundo.
La OMS establece que para considerar un día como bueno en términos de la calidad del aire, no se deben rebasar los 50 puntos IMECA, lo que significa que en Ciudad de México en todo 2013 no ha habido un sólo día que pueda ser considerado como limpio.
Por el contrario, 44 días de este año han sido clasificados como malos o muy malos. A este respecto, distintos académicos de las universidades más conocidas del país, como la Universidad Nacional de México, el Instituto Politécnico Nacional o el Tecnológico de Monterrey han dicho que los equipos que se utilizan para hacer estos estudios deben ser calibrados y monitoreados por estas instituciones académicas y no exclusivamente por el Gobierno del Distrito Federal para asegurar la independencia e imparcialidad de sus resultados.
En entrevista para el diario El País, José Luis Lezama, académico del Colegio de México, dijo que el sistema utilizado para hacer la medición ha estado mal valorado por años: "Resulta más preocupante la permanencia de un estado de violación de los estándares medioambientales, porque afectan a la salud de la gente y provoca consecuencias".
Para medir la contaminación se utilizan instrumentos que analizan el aire como pequeñas concentraciones de contaminantes. Éstas se monitorean todo el tiempo en el Centro de Información de la Calidad del Aire, donde se estudian para averiguar si contienen compuestos tóxicos y si existen niveles altos de contaminantes que ameriten la emisión de las alertas ambientales.
Medidas radicales
Aunque en Ciudad de México se han implementado medidas como la renta de bicicletas públicas o la ampliación de sistemas de transporte masivo como el Metro o el Metrobús, el problema no disminuye.
Casi dos terceras partes de las partículas suspendidas provienen de contaminantes relacionados con los autos, convirtiendo a los casi 4,5 millones que ruedan por la ciudad en el peor enemigo de su aire.
Ante el panorama el gobierno ya se plantea acciones mucho más grandes y costosas. Desde darle prioridad al transporte público hasta el posible cobro de cuotas especiales a vehículos en ciertas zonas como ya ocurre en ciudades como Londres.
A Raúl Valdez, un corredor amateur y oficinista, la polémica no le aleja la vista de la inmensa nube negra que se posa sobre la ciudad: "Yo corro desde hace diez años, me lo recomendó el doctor y por eso empecé; pero ahora no se puede ni eso. Siento como en estos días me he cansado más y la nariz me pica. Simplemente es imposible andar más de 15 minutos sin que empieces a sentir la suciedad del aire. Tenemos que cambiar la cultura, dejar atrás el coche es la única solución real", le dijo a la BBC.
Un problema nacional
Más allá de las formas en cómo se mide, la contaminación atmosférica se está convirtiendo en un problema a nivel nacional.
Según la OMS, a las tres mil personas que mueren cada año en la capital por enfermedades asociadas a la contaminación del aire hay que sumarles más de 14.000 en el resto del país.
Además de la mortalidad, la contaminación atmosférica le cuesta a México 4,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cerca de $520.300 millones de pesos (US$5.000 millones), según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México.
Para la secretaria Müller esta realidad pone al Distrito Federal como la punta de lanza de una nueva estrategia a nivel nacional: "Ya no sólo es nuestra ciudad la que tiene un serio problema, en otras ciudades y grandes zonas metropolitanas como Monterrey o Guadalajara se están presentando ya problemas similares; se necesita coordinación y medidas más duras".