Gojira, de París 2024 a pedir la libertad del exlíder de Sea Shepherd

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Autor: Cooperativa.cl

La banda metalera francesa, ahora conocida mundialmente por los Juegos Olímpicos, es parte de una campaña global por Paul Watson.

Gojira, de París 2024 a pedir la libertad del exlíder de Sea Shepherd
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En 2010, la falla irrecuperable de un disco duro truncó la edición de un EP de cuatro canciones que la banda francesa de metal Gojira lanzaría para recaudar fondos para la ONG ambientalista Sea Shepherd Conservation Society.

Catorce años después, y con una fama global gracias a su participación en la inauguración de los Juego Olímpicos París 2024, el grupo -y particularmente su guitarrista y cantante, Joe Duplantier- sigue apoyando la iniciativa creada por activista norteamericano Paul Watson, pero ahora es personal.

Watson fue creador de la entidad ecologista, capitán de varios de sus barcos y, tras una conflictiva salida, fundador en 2022 de la Fundación Capitán Paul Watson. Lo que sí cruza su historia es la acción directa -con interferencia, boicot e incluso saboteo- contra la flota ballenera de Japón.

Así, tras años de persecución legal sin resultados, ahora Watson está detenido por Dinamarca, que lo apresó en julio pasado en Nuuk, capital de Groenlandia, con miras a una extradición solicitada por Tokio, que espera juzgarlo por "daños y lesiones" durante una campaña ballenera en 2010, en el Océano Austral.

En Chile, el Centro de Conservación Cetácea y el Centro Ecocéanos recordaron que en 2023 un informe de Human Rights Watch retrató el llamado "sistema de justicia de rehenes" japonés, por negar un debido proceso y un juicio justo a los sospechosos de delitos, por lo que de ser extraditado, Watson -de 73 años- podría pasar el resto de su vida en la cárcel.

"Durante más de 30 años, el gobierno de Japón cazó ilegalmente decenas de miles de ballenas en el Océano Austral. Comenzó sus operaciones tras alcanzar un acuerdo con Estados Unidos para desarrollar la denominada 'caza científica' de ballenas tras la adopción de la moratoria en 1986. Las capturas se expandieron incluso después de 1994, cuando las aguas del océano Austral fueron declaradas santuario de ballenas. No fue sino hasta 2016 que Japón tuvo que abandonar la caza ballenera en la Antártica, tras el histórico dictamen de la Corte Internacional de Justicia que sentenció estas matanzas como ilegales en 2014", enfatizaron las ONG nacionales.

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