Diputados de Convergencia Social (parte del Frente Amplio) emitieron un oficio al Ministerio del Interior y Seguridad Pública con el que solicitan la prohibición del llamado "Bus de la Libertad", una polémica iniciativa ideada hace años por la organización española CitizenGo que cuestiona los derechos de los colectivos LGBTI.
El autobús de color naranja, identificado con el lema "Dejen a los niños en paz" y financiado en nuestro país por el Observatorio Legislativo Cristiano, tiene previsto volver a circular la próxima semana por las calles de Santiago y Valparaíso, tal como lo hizo en su primera aparición hace tres años.
La campaña nació en 2017 en España bajo el nombre "Hazte Oír", con un bus que circuló por varias ciudades con el mensaje "Los niños tienen pene y las niñas vulva, que no te engañen", y pronto se replicó en países como Colombia, México, Estados Unidos y Chile.
"No podemos permitir que nuevamente el bus del odio circule por Chile, porque promueve una discriminación gravísima en contra de personas por su identidad de género u orientación sexual. El Gobierno debe oponerse o se transformará en cómplice de quienes vulneran los derechos de la población LGBTI+ y por eso oficiamos, para conocer todas las medidas administrativas u otras que se tomarán", explicó la diputada Gael Yeomans (CS) en un comunicado.
Su correligionario y jefe de bancada, el diputado Gonzalo Winter, agregó que "el 'Bus de la Libertad' atenta contra la dignidad de las personas por identidad de género u orientación sexual. No necesitamos más intolerancia en el país, sino avanzar hacia una sociedad inclusiva que no discrimine".
Para Rodrigo Mallea, abogado integrante del Frente de Diversidades y Disidencias de CS, "la reaparición de este bus es una vulneración directa de derechos LGBTIQA y responde a un problema político del Estado que sigue permitiendo la patologización de identidades diversas y disidentes".
"Hoy las leyes Antidiscriminación y de Identidad de Género quedan en el papel si no son capaces de protegernos de propagaciones masivas de discursos de odio, que afectan primariamente, a niñes y adolescentes, que son las principales víctimas de la desinformación violenta y estereotipada, cuando en realidad son a quienes más debemos proteger", concluyó.