ONU Mujeres reitera llamado a poner fin a la violencia contra mujeres y niñas

En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ONU Mujeres en Chile invitó a sumarse a una campaña presencial y digital -denominada ÚNETE-, para visibilizar las dificultades en la amplia gama de espacios que viven las mujeres y niñas, en el mundo y en el país.

Al 21 de noviembre, en Chile se registran 35 femicidios consumados y 143 frustrados, de acuerdo al Ministerio de la Mujer y Equidad de Género; mientras que en el ámbito online, el estudio "Violencia digital: experiencias de niñas y adolescentes en Chile" reveló que el 73,8% de las mujeres ha recibido algún tipo de violencia en línea

Es más, el 32% de las niñas de entre 12 a 14 años recibió algún tipo de petición sexual o de fotografías íntimas sin que quisiera hacerlo, cifra que sólo fue 1% para los niños y que aumenta a 47% en las adolescentes entre 15 y 18 años.

Así, la iniciativa pide "Pinta el mundo de naranja: ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres YA!", para "movilizar a todas y todos sin ninguna distinción".

"Desde ONU Mujeres hacemos un llamado en medio del proceso histórico que está viviendo el país, a través del trabajo que realizan diferentes actores como la Convención Constitucional en la redacción de la nueva Constitución, los candidatos en sus programas políticos, el Congreso en sus acuerdos y discusiones todas y todos tengan en el centro la promoción el derecho de las mujeres y niñas a una vida libre de violencia", explicó María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres en Chile.

La campaña se extenderá hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos e incluye iluminar de naranja embajadas como la de Holanda y Dinamarca, además de la Torre Entel, Sky Costanera y por primera vez el Centro Cultural GAM.

Además, se realizarán activaciones digitales en redes sociales difundiendo mensajes de la campaña, usando los hashtags #ÚNETE #25N #16días.

Violencia social y pobreza

Para Débora Solís, directora de la Asociación Chilena de Protección de la Familia (Aprofa), la conmemoración de este 25 de noviembre recuerda que "históricamente las mujeres hemos tenido que enfrentar diferentes manifestaciones de violencia de género en nuestras vidas".

Es el año 2021, pero "aún prevalecen tratos desiguales, estigmas y estereotipos asociados al ser hombre o mujer. Asumir las tareas de cuidado sin ningún tipo de retribución; recibir sueldos no equivalentes por una misma labor que sus pares hombres; tener que elegir entre ser madre o tener una carrera profesional exitosa; recibir educación sexual diferenciada, o ser cuestionadas o invalidadas en escenarios públicos y un largo etcétera, son algunos ejemplos. Estas violencias perjudican a niñas y mujeres, obstaculizando el acceso a sus derechos y particularmente a los sexuales y reproductivos".

Por eso además, enfatiza, "creemos que resulta elemental que nos posicionemos como país en materia de Educación Integral de la Sexualidad (EIS); advertimos que las oportunidades para reflexionar acerca de las problemáticas que hoy emergen con fuerza se encuentran en la educación en sexualidad, aquella que trata de manera intersectorial e integral todas las temáticas relacionadas con el reconocimiento de las personas como sujetas de derecho, independiente de su clase, etnia, género, orientación sexual, nacionalidad, etc.".

Paz Garcés, directora de Investigación y Políticas Públicas de la Fundación Colunga, plantea que "al mirar la violencia de manera integral es fundamental considerar, al menos, tres dimensiones: física, psicológica y sexual; aunque sabemos que existen otras formas simbólicas que resultan igualmente preocupantes".

Así, el estudio "Nacer y Crecer en Pobreza y Vulnerabilidad en Chile", realizado por la Alianza para la Erradicación de la Pobreza, reitera que hay una baja participación de las mujeres en el mercado laboral debido a las tareas de cuidado, lo que "repercute en las posibilidades de generar mayores ingresos y jubilación".

"Es más, las mujeres, sobre todo aquellas que viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad no solo tienen problemas en el acceso sino que también en la calidad de los empleos a los que pueden optar", recalca.

Para la investigadora, "es importante considerar que la mayoría de estos hogares son monoparentales, con una jefa de hogar mujer, por lo que las crisis sociales, económicas y además sanitarias, como las que enfrenta el país, impactan mayormente en ellas y aumentan la desigualdad que ya vivían. Es por esto que es fundamental que, por ejemplo, a la hora de diseñar políticas públicas en materias de trabajo, vivienda, salud y educación se considere la realidad de los hogares en Chile".