En los años previos a su expulsión de la iglesia católica por presuntos acosos sexuales y delitos financieros, el ex obispo católico de Virginia Occidental, Michael Bransfield, gastó el dinero de la iglesia en "artículos de lujo", incluidos licores, viajes y renovaciones en el hogar, según información de CNN.
El medio estadounidense cita un reporte publicado bajo la nueva política para abordar la mala conducta de los prelados impulsada por el Vaticano.
Bransfield, de 75 años, cuyo primo es un funcionario de alto rango en la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, fue el obispo católico de Virginia Occidental desde 2005. Renunció en septiembre pasado cuando el papa Francisco anunció una investigación sobre las acusaciones en su contra.
Esa pesquisa, dirigida por el arzobispo William Lori y descrita en una carta pública a los católicos de Virginia Occidental este miércoles, caracteriza los 13 años de Bransfield como un periodo plagado de gastos indebidos y conducta sexual indebida.
La carta de Lori fue emitida el mismo día que el diario The Washington Post publicó una extensa investigación sobre la supuesta mala conducta de Bransfield.
Lori había planeado enviar la carta desde la semana pasada, cuando se reunió con miembros del consejo de finanzas de Virginia Occidental, dijo Sean Caine, un portavoz de la arquidiócesis.
"Con respecto a las denuncias de acoso sexual de adultos por parte del obispo Bransfield, el equipo de investigación determinó que los informes de quienes acusaron al obispo Bransfield de acoso sexual son creíbles", señaló Lori.
"El equipo descubrió un patrón consistente de insinuaciones sexuales y comentarios y acciones sugestivas hacia aquellos sobre quienes el ex obispo ejercía la autoridad", sostuvo el arzobispo.
La investigación dirigida por la Iglesia, llevada a cabo por cinco expertos laicos en derecho civil, finanzas y derecho canónico, no encontró "pruebas concluyentes de conducta sexual inapropiada con menores".
Sin embargo, la carta de Lori dice que Bransfield "se involucró en un patrón de gasto excesivo e inapropiado" donde "inició y completó renovaciones extensas y costosas en sus residencias privadas tanto en Wheeling como en Charleston, así como en su residencia de retiro prevista, cuya construcción se detuvo a petición mía".
Según la carta, Bransfield le regaló dinero a otros clérigos, incluido el propio arzobispo Lori.
La investigación descubrió además que Bransfield "hizo un mal uso de los fondos de la Iglesia para beneficio personal en cosas como viajes personales, comidas, licores, regalos y artículos de lujo", aunque Lori no especificó cuánto dinero fue malversado.
"No hay excusas, ni una explicación adecuada, que satisfaga la inquietante pregunta de cómo se permitió que su comportamiento continuara mientras duró", escribió Lori.
Bransfield negó los hechos.