Los obispos irlandeses dieron garantías de que todos los casos de abusos sexuales de menores por parte de clérigos serán denunciados inmediatamente a la autoridad civil, según el informe final de la inspección ordenada por el papa en las diócesis donde se cometieron esos casos.
Las conclusiones de la "visita apostólica" -como se conoce en el vaticano a las inspecciones- ordenada por Benedicto XVI en cuatro archidiócesis metropolitanas irlandesas -Armagh, Dublín, Casher-Emly y Tuam- y en varios seminarios e institutos religiosos, fueron hechas públicas por el Vaticano.
En las mismas, la Santa Sede reiteró el "dolor y la vergüenza" expresados por el papa a las víctimas, sus familiares y los católicos irlandeses.
En el documento, el Vaticano subrayó que lo más importante es atender a las víctimas y poner en marcha las medidas adecuadas para garantizar que hechos como esos no se produzcan más.
Los encargados de esas "visitas" fueron el cardenal Cormac Murphy O'Connor, arzobispo jubilado de Westminster; el cardenal Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston (EEUU); Thomas Christopher Collins, arzobispo de Toronto, y Terrence Thomas Prendergast, arzobispo de Ottawa (Canadá).
La evaluaciónDurante su estancia, los visitadores constataron "las deficiencias" que dieron lugar al "terrible fenómeno de abuso de menores" y el hecho de que algunos obispos y superiores religiosos no reaccionaron con la celeridad que exigía esto.
Los visitadores reconocieron que la Iglesia irlandesa dedica todo el tiempo necesario a las víctimas, les proporciona apoyo a ellos y a sus familias, y también constaron que las normas actuales de protección de menores aprobadas por la iglesia irlandesa se siguen.
"Los arzobispos de las cuatro archidiócesis dieron garantías de que todos los casos que se descubran de abusos serán llevados inmediatamente ante la autoridad civil y la Congregación para la Doctrina de la Fe", precisó el documento vaticano.
Los visitadores insistieron en la necesidad de reorganizar los tribunales eclesiásticos de Irlanda para poder afrontar los procesos aún pendientes.
En la visita a los seminarios y congregaciones se insistió en la necesidad de una profunda formación sacerdotal y en la introducción de criterios "más coherentes" a la hora de admitir candidatos a los seminarios.