Un estudio realizado por el Centro del Cáncer del Hospital Beth Israel Deaconess de Boston, EEUU, explicó que una dieta alta en grasas puede provocar metástasis en el cáncer de próstata.
El gen PTEN es el más importante en el cáncer de próstata, ya que su pérdida parcial ocurre en cerca del 70 por ciento de los tumores diagnosticados, mientras que su pérdida completa está relacionada con la formación de la metástasis.
El objetivo de esta investigación se centró en identificar algún gen que pueda actuar junto al PTEN para formar la metástasis.
Se descubrió que el gen PML tiende a estar presente en los tumores de próstata en los que aún no se ha formado metástasis, pero no aparece en un tercio de aquellos en los que ya se ha producido este proceso.
Además, según el estudio, en torno al 20 por ciento de los tumores de próstata con metástasis no tienen ninguno de los dos genes.
Al comparar los dos tipos de tumor -uno sin metástasis con el gen PTEN y otro, con metástasis, pero sin el PTEN y el PML- los investigadores descubrieron que el cáncer con metástasis está relacionado con una gran cantidad de grasas.
"Esto supone que quizás haya algún tipo de fármaco con el que podamos bloquear esta producción de grasa y poder prevenir la metástasis e incluso curar el cáncer de próstata", añadió Pandolfi.
Esta investigación ha abierto una nueva puerta a la indagación en laboratorios, ya que, hasta ahora, los científicos tenían problemas para estudiar el cáncer de próstata en ratones.
No obstante, el descubrimiento del papel de la grasa en la metástasis del cáncer abre nuevas incógnitas y posibles soluciones en las investigaciones con roedores. "Me di cuenta de que los ratones comen, sobre todo, vegetales, es decir, una dieta vegetariana baja en grasa", expresó Pandolfi.
Por lo tanto, lo que hicieron los investigadores fue aumentar la cantidad de grasas saturadas en su dieta, con lo que se descubrió que los roedores desarrollaron tumores más agresivos.