Los alumnos de primaria y secundaria de Francia vuelven este lunes a clase de forma obligatoria hasta las vacaciones de verano, dentro de dos semanas, con el objetivo de restablecer el contacto con todos los niños, especialmente con el cuatro por ciento que se ha quedado descolgado durante el confinamiento.
"No se puede dejar a los alumnos sin clase de marzo a septiembre", explicó en una entrevista a la emisora France Inter el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, quien se ha marcado el objetivo de que en las dos próximas semanas los 6,7 millones de estudiantes de primaria y los 3,3 millones de secundaria asistan presencialmente.
Para que eso sea posible, se ha flexibilizado mucho el estricto protocolo sanitario establecido al comienzo de la desescalada en mayo, de forma que en preescolar ya no se exige ninguna regla de distanciamiento entre niños de la misma clase.
En el resto de cursos desaparece la regla que preveía un espacio de cuatro metros cuadrados por cada uno y un máximo de 15 estudiantes por clase. A partir de ahora basta con una distancia lateral de un metro en las aulas. Sí se mantiene la obligatoriedad de mascarilla para los estudiantes de más de 11 años (y de los profesores).
CATÁSTROFE EDUCATIVA MUNDIAL
Blanquer insistió en que el confinamiento ha sido "una catástrofe educativa mundial" por las decenas de millones de estudiantes que se han quedado desescolarizados.
Aseguró que Francia es uno de los países que mejor ha respondido a ese problema ya que tiene "una de las tasas más bajas de Europa" de alumnos que se han quedado descolgados del sistema escolar.
En concreto, calculó que, si al comienzo del confinamiento eran un ocho por ciento, cuando se inició la desescalada el mes pasado, ese porcentaje había conseguido reducirse a la mitad, lo que en números absolutos representa 500.000 alumnos, que constituyen "la primera de las prioridades" de la vuelta a clase y de la preparación del curso próximo.
Pese a que sólo quedan dos semanas para las vacaciones, Blanquer justificó el retorno de los alumnos a sus centros escolares porque "cada hora, cada día de clase cuenta", porque los profesores deben conocer la situación de sus alumnos y porque "hay una dimensión psicológica que no hay que menospreciar".
ALREDEDOR DEL 90 POR CIENTO DE LOS PROFESORES ASISTIRÁN
En espera de que se puedan contrastar las cifras reales, el ministro francés estimó que alrededor del 90 por ciento de los profesores estarán en los centros escolares. El resto, en su inmensa mayoría han justificado su ausencia por razones médicas o familiares.
Según un sondeo del instituto demoscópico Odoxa-Dentsu Consulting, al menos el 61 por ciento de los padres tenían intención de llevar a sus hijos a la escuela esta semana.
Aquellos que no lo hagan, serán contactados por los centros escolares para saber qué ocurre y se aplicarán las reglas habituales en esos casos porque, como recordó el titular de Educación, "la instrucción es obligatoria en Francia".