Brasil, uno de los países más afectados en el mundo por la pandemia del nuevo coronavirus junto a Estados Unidos e India, se aproximó este jueves a los 4,7 millones de casos confirmados y a las 140.000 muertes relacionadas con la Covid-19, según divulgó el Ministerio de Salud.
En su último boletín epidemiológico diario, el gobierno informó de manera oficial que en las últimas 24 horas se registraron en el país 32.817 nuevos casos confirmados y 831 muertes, cifras levemente inferiores a las del miércoles.
Con el consolidado desde el primer contagio, el 26 de febrero, y de la primera muerte, el 12 de marzo, ambos en Sao Paulo, el país suma ahora 4.657.702 de casos confirmados y totaliza 139.808 óbitos.
Brasil, que continúa como uno de los epicentros mundiales de la pandemia, aparece como el segundo país en número de muertes detrás de Estados Unidos y el tercero en contagios después del país norteamericano e India.
Hasta este jueves, el país suramericano registraba una tasa de mortalidad de 66,5 decesos y una incidencia de 2.216,4 personas infectadas por cada 100.000 habitantes.
Según los datos oficiales, en la nación de poco más de 210 millones de habitantes se han recuperado 4.023.789 pacientes del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, lo que supone el 86,3 por ciento del total de infectados.
Otros 494.105 pacientes se encuentran en acompañamiento médico en hospitales o en sus residencias después de haber dado positivo en las pruebas clínicas.
El estado de Sao Paulo (958.240 casos confirmados y 34.677 fallecimientos), en la región sudeste, sigue a la vanguardia como el más afectado por el patógeno.
La mayoría de regiones habían iniciado su plan de desescalada con la reapertura del comercio y el retorno de algunas actividades económicas y servicios suspendidos, pero frente al aumento de casos en determinadas zonas muchas han dado marcha atrás.
El estado de Amazonas, por ejemplo, volvió a imponer este jueves algunas restricciones, ante el aumento de casos de Covid-19 en las últimas semanas, luego de haber superado el colapso de sus sistemas de salud pública y funerario vivido al comienzo de la pandemia.
El gobernador de Amazonas, Wilson Lima, determinó así el cierre de los bares, casas de fiestas y de las playas ribereñas por un periodo de 30 días, pero mantuvo las clases presenciales en los colegios.