China arresta a más de 80 sospechosos de vender vacunas falsas para el covid
Las vacunas falsas consistían en jeringuillas precargadas con una solución salina y se vendían a altos precios.
Las vacunas falsas consistían en jeringuillas precargadas con una solución salina y se vendían a altos precios.
China ha arrestado a más de 80 personas sospechosas de estar involucradas en una trama para vender vacunas falsas para el covid y cuya comercialización habría comenzado en septiembre del pasado año.
El diario estatal Global Times informó este lunes de que las autoridades chinas se incautaron además de 3.000 dosis de este falso antígeno en la operación.
Según la fuente, la red criminal tenía presencia en varias ciudades y la redada se realizó de manera conjunta por las fuerzas de seguridad de Pekín y de las provincias orientales chinas de Jiangsu y Shandong.
Las vacunas falsas consistían en jeringuillas precargadas con una solución salina y se vendían a altos precios.
Citado por el rotativo, un experto en vacunas llamado Tao Lina aseguró que "las 'vacunas' rellenas de solución salina no tienen ningún efecto, pero tampoco causan problemas de salud, así que está claro que los sospechosos querían dinero, no dañar a la gente".
Otras fuentes citadas por Global Times sostuvieron que esta red podría estar involucrada en la comercialización de estas vacunas falsas en el extranjero.
El pasado 28 de enero, la farmacéutica china Sinovac, desarrolladora de una de las vacunas del país asiático, publicó un comunicado en el que alertó de que "algunas empresas e individuos han falsificado y usado documentos de autorización de Sinovac" para intentar obrar como "distribuidores de la vacuna para el covid-19 CoronaVac y otros productos de vacunación en mercados fuera de China".
China comenzó el pasado año una serie de campañas de vacunación para casos especiales, como militares o diplomáticos desplazados al extranjero.
Asimismo, las autoridades sanitarias comenzaron hace semanas una campaña que aspira a inmunizar hasta 50 millones de chinos antes de la llegada del Año del Buey, el 12 de febrero, ya que esos festejos vienen acompañados de desplazamientos masivos que Pekín teme puedan servir para propagar el virus en un momento en el que hay varios rebrotes activos.