Estados Unidos alcanzó este martes los 25.239 muertos por Covid-19, casi la mitad solo en Nueva York, mientras se han disparado las alarmas por el peligro de una interrupción de la cadena del suministro de carne tras el cierre de varias instalaciones y el presidente Donald Trump se ha enzarzado en una polémica con varios gobernadores sobre quién tiene las competencias de dirigir el regreso de la actividad económica.
El nuevo coronavirus, que ha contagiado ya a 596.670 personas en el país, según datos de la Universidad Johns Hopkins, se ha colado también en las empresas de servicios esenciales y ha forzado el cierre de una docena de plantas procesadoras.
Una de las últimas en echar el candado ha sido la de la empresa Smithfield, ubicada en Sioux Fall (Dakota del Sur) y responsable de elaborar el 5 por ciento de los productos de cerdo que se consume en todo el país. Cerró sus puertas este lunes "por un tiempo indefinido" después de que 300 trabajadores dieran positivo en los análisis de COVID-19.
Se da el caso de que Sioux Fall se ha convertido en un nuevo foco de la pandemia en Dakota del Sur, donde su gobernadora, la republicana Kristi Noem, todavía no ha decretado medidas de confinamiento porque considera que la libertad individual está por encima del bien colectivo.
La semana pasada, JBS USA, especializada en carne de vacuno y cerdo, anunció que cerraba al menos hasta el jueves sus instalaciones en Souderton (Pensilvania) y que había decidido clausurar hasta el 24 de abril su planta en Greeley (Colorado) debido al aumento de casos de coronavirus en el condado de Weld, donde está ubicada.
También en Iowa, Tyson Foods, uno de los principales productores de carne de EE.UU., anunció el cierre de su planta de cerdo en la localidad de Columbus Junction debido a que decenas de trabajadores habían contraído el virus.
En total, al menos 12 compañías cárnicas han anunciado el cierre de algunas de sus instalaciones en EE.UU., uno de los países donde más carne se consume en todo el mundo.
PUGNA ENTRE TRUMP Y LOS GOBERNADORES DEMÓCRATAS
Mientras tanto, la reacción crítica de Trump del lunes al anuncio de varios gobernadores del Partido Demócrata de la costa este, incluido Nueva York, y de la costa oeste, de que colaborarán para elaborar un plan conjunto con el objetivo de retomar la actividad económica de manera gradual, ha sido contestada airadamente por varios responsables políticos locales, amenazando con desatar una nueva crisis política.
"La constitución dice que el Gobierno federal no tiene poderes absolutos, es exactamente lo contrario a lo que ha dicho el presidente. (...) No tenemos un rey Trump, tenemos un presidente Trump", repitió hoy el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo en varias entrevistas a canales locales y en su rueda de prensa diaria para dar los últimos datos sobre el coronavirus.
El gobernador respondía a unas declaraciones de Trump que había escrito en su cuenta de Twitter: "Con el propósito de crear conflictos y confusión, algunos medios de noticias falsas están diciendo que es decisión de los gobernadores abrir los estados, no del presidente de EE.UU. y del Gobierno federal".
"Que se entienda completamente que esto es incorrecto -sentenció-. Es la decisión del presidente y por muchas buenas razones".
Aunque posteriormente intentó matizar sus declaraciones destacando que su Administración está trabajando "estrechamente" con los gobernadores y "continuará" haciéndolo y que el levantamiento de las restricciones, Trump dijo que es "una decisión mía, junto con los gobernadores y el aporte de otros, que se tomará en breve". Estas palabras desataron la ira de Cuomo.
"Los estados crearon el estado federal, no al revés", recordó Cuomo antes de subrayar que la décima enmienda de la constitución estadounidense "explícitamente habla de las responsabilidades de los estados como la salud, la riqueza, la cuarentena".
Tras recordar que en Nueva York han muerto más de 10.800 personas por la COVID-19, insistió en que si Trump le pidiera que "reabriera la economía de un amanera que dañara la salud pública de la gente de mi estado, no lo haría".
Y agregó que, en ese caso, llegaría a los tribunales, porque según Cuomo, con una orden de esas características, Trump estaría actuando "de manera dictatorial".
MOTÍN A BORDO
No dándose por vencido, Trump contestó hoy a los responsables regionales acusándolos de amotinarse contra el capitán y usando como metáfora la película "Mutiny On The Bounty", traducida al español como "Motín a bordo".
"Digan a los gobernadores demócratas que 'Mutiny On The Bounty' es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Un motín a la antigua usanza, tanto ayer como hoy, es algo emocionante y estimulante de ver, especialmente cuando los amotinados necesitan tanto de su capitán. ¡Muy Fácil!", escribió hoy Trump en su cuenta de Twitter.
A este mensaje, Cuomo contestó que "la esencia básica del tuit es que no está contento con los gobernadores y que esto se trata de un motín".
"El presidente está, claramente, buscando una pelea sobre este asunto y lo peor que podemos hacer en este momento es comenzar con las divisiones políticas y el partidismo", dijo Cuomo, que aseguró que le tendía la mano a Trump para seguir cooperando, pero no para luchar.
"Este no es momento para la política ni es tiempo para luchar. Extiendo mi mano en total asociación y cooperación con el presidente, pero si quiere una pelea, no lo conseguirá. Punto final", dijo Cuomo.