Los femicidios se duplicaron durante las tres primeras semanas del confinamiento por el coronavirus en el Reino Unido y las llamadas de ayuda por violencia de género aumentaron un 49 por ciento, reveló este lunes un informe del parlamento británico.
Según cifras de la organización Counting Dead Women Project, que lleva el recuento y conciencia acerca del asesinato de mujeres a manos de sus parejas y ex parejas, 14 mujeres y dos niños han sido asesinados durante el encierro impuesto por la pandemia de la Covid-19.
Se trata del mayor número de asesinatos registrados durante un periodo de tres semanas (del 23 de marzo, cuando se decretó el confinamiento, al 12 de abril) en once años y sobrepasa en más del doble la tasa media.
Asimismo, el número de llamadas a la línea de ayuda estatal, que contabiliza la organización Refuge, registró un aumento del 49 por ciento en ese mismo período.
El informe, elaborado por el comité de Interior de la Cámara de los Comunes, urgió al gobierno británico a tomar medidas más precisas para detener la violencia de género que el confinamiento ha agravado y, al tiempo, ha hecho más difícil la posibilidad de las víctimas de pedir ayuda.
"Ya hay signos alarmantes del aumento de la violencia de género. Nuestro comité multipartidista pide al Gobierno un plan de acción urgente que establezca medidas prácticas para abordar esta violencia como parte integral de la lucha contra la COVID-19", afirmó la diputada laborista Yvette Cooper, presidenta del órgano.
Aumentar los "espacios seguros"
Estas medidas pasarían por que los "espacios seguros" como las farmacias, donde las víctimas pueden buscar ayuda, se extiendan a supermercados y otro tipo de tiendas.
Además de sensibilizar y prevenir, es necesario, según los diputados, proporcionar a las víctimas una alternativa habitacional (en centros especializados u hoteles) y una respuesta efectiva de la justicia, ya que, de otro modo, apuntaron que la sociedad británica "lidiará con graves consecuencias durante una generación".
El informe resaltó la falta de espacios seguros para acomodar a las víctimas y apuntó que un 64 por ciento de las solicitudes para ingresar en los centros durante 2018 y 2019 fueron rechazadas.