El primer ministro británico, Boris Johnson, valorará este lunes con su gabinete nuevas medidas de desescaldada en el país mientras sigue encajando críticas por apoyar a su asesor Dominic Cummings, que no respetó el confinamiento.
Según fuentes del Ejecutivo, el líder tory analizará planes para relajar más restricciones en ciertos sectores de la economía nacional, entre los que se espera que reabran algunos comercios de productos no esenciales.
Johnson confirmó también ayer domingo que seguirá adelante la polémica reapertura en fases de algunos cursos de los colegios de primaria de Inglaterra a partir del próximo 1 de junio pese a que la medida genera dudas entre profesores, sindicatos y padres.
Los intentos del primer ministro por dirigir al país gradualmente de vuelta a la normalidad ante la actual pandemia se han visto empañados por los llamamientos de todos los partidos para que Cummings, figura polémica y el más cercano colaborador del "premier", deje su puesto.
The Guardian y Daily Mirror destaparon este fin de semana que ese experto en comunicación se saltó el confinamiento el pasado marzo para viajar con su esposa -aquejada de coronavirus- y su hijo a casa de sus padres en la localidad de Durham (norte del país), a unos 400 kilómetros de Londres.
Según explicó Cummings, lo hizo en busca de ayuda familiar para cuidar de su pequeño de 4 años ante el temor a que el virus les incapacitara a él y su mujer y, una vez allí, se aislaron en un edificio anexo a la residencia familiar.
Pero al parecer, según los dominicales The Observer y Sunday Mirror Cummings se volvió a saltar las normas con al menos un segundo viaje a Durham en abril, acusaciones que él ha rechazado y que han sido tildadas de "falsas" por Downing Street.
Johnson defendió ayer domingo a su ayudante que obró, según él, "con responsabilidad, dentro de la ley y con integridad", movido por sus "instintos de padre" y al no tener "otra alternativa" y descartó destituirlo pese a las crecientes presiones.
Partidos de la oposición pero también miembros de la formación tory han lamentado la gestión del primer ministro en ese caso e insisten en que mantener a Cummings envía el mensaje de que hay reglas distintas para la población y para los miembros del gobierno.
La comunidad científica también ha indicado que el respaldo de Johnson a la interpretación de las reglas hecha por su colaborador mina los esfuerzos realizados para frenar el virus.