El centro asistencial está probando esta técnica por el éxito conseguido al tratar enfermedades como el SARS y el hantavirus.
Existen menos riesgos al administrar el plasma a pacientes críticos, que en el caso de aquellos con síntomas leves.
La Clínica Alemana llamó a las personas recuperadas de Covid-19 a donar su sangre para ayudar a pacientes críticos mediante una transfusión de plasma, técnica que están probando por el éxito conseguido con ella al tratar otras enfermedades.
La idea es adquirir los anticuerpos que comienzan a producirse entre el día 5 y 7 posterior al diagnóstico positivo, y que se mantienen en el organismo después de los 14 días de la enfermedad, según explicó la médico jefe del Banco de Sangre del recinto, Verónica Bustamante.
Tras recolectar y procesar el plasma convaleciente, se hace serología para verificar la presencia de anticuerpos, se descarta la existencia de microorganismos infecciosos y se cuentan los anticuerpos (medición de títulos).
"Estamos invitando a los pacientes recuperados de Covid-19 a acercarse al Banco de Sangre y ser donantes de plasma, porque esta donación generosa podría ayudar a personas cuyo curso de enfermedad no es tan benigno", afirmó la doctora.
El contacto con la clínica para coordinar la donación.
La donación en sí es similar a una donación de sangre: la persona recuperada será entrevistada para descartar cualquier situación de riesgo de transmitir una infección al receptor, para luego comenzar con el proceso, que dura entre una hora y una hora y media.
Por otro lado, la doctora detalló que una vez que "le sacamos plasma a un donante, usamos una máquina para devolverle los glóbulos rojos y plaquetas".
Por ahora solo pretenden transfundir la donación a pacientes críticos, pues en alguien con síntomas leves "no vale la pena infundirle este plasma, porque le confiere más riesgos que beneficios".
Al igual que otros centros de salud del país, la Clínica Alemana ha utilizado el plasma de personas recuperadas en pacientes con cuadros de hanta, lo que ha logrado disminuir los niveles de mortalidad del síndrome cardiopulmonar causado por ese virus.
Asimismo, cuando en Asia se trató el SARS entre 2000 y el 2010, "se usó plasma de pacientes recuperados de este virus similar al SARS Cov-2 y se vio que es beneficioso para las personas que lo reciben".
