"No necesitamos aplausos, no necesitamos ser mártires. Hay cuestiones que todavía no se resuelven", afirmó Aldo Santibáñez, presidente de Fenpruss.
En el combate de la pandemia, remarcan que hay sobreturnos y que sigue estando presente la falta de elementos de protección personal.
Hay 3.707 funcionarios de la salud contagiados.
El presidente de la Confederación Nacional de Profesionales de la Salud (Fenpruss), Aldo Santibáñez, expresó la molestia del gremio con el Gobierno por temas no resueltos en el marco del enfrentamiento de la pandemia de Covid-19, asegurando que se están viendo los resultados de "un diálogo infructuoso".
Junto con el escaso margen de camas críticas disponibles en la red, el otro factor de presión para los trabajadores de la salud es el no poder contar con los 3.707 contagiados en esta área.
A esto se suma que nuevas contrataciones son mes a mes y no estables hasta fin de años, hay sobreturnos y sigue estando presente la falta de elementos de protección personal.
"No podía escatimarse esfuerzos ni recursos para proteger a quienes debían cuidar a la ciudadanía y hoy estamos viendo los resultados de un diálogo infructuoso donde, hasta hoy, tenemos problemas en distintos lugares del país respecto a la entrega de elementos de protección personal", indicó Santibáñez.
El profesional remarcó que "se lo señalamos al subsecretario (de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga) todos los lunes en las reuniones, que al parecer no tienen ningún resultado concreto"
"No necesitamos aplausos, no necesitamos ser mártires. Hay cuestiones que todavía no se resuelven", enfatizó.
La Fenpruss envió una carta -adjunta en esta nota- al subsecretario Zúñiga, criticando que no se haya escuchado sus recomendaciones tras las altas cifras de contagios y de ocupación de camas.
"Han fracasado, al menos parcialmente, los pronósticos de las autoridades sanitarias y de Gobierno y que seguramente seguiremos sufriendo las consecuencias de medidas no adoptadas a tiempo, o de decisiones erróneas, extemporáneas o insuficientes", dice la misiva.
A su vez, el vicepresidente del Colegio Médico, Patricio Meza, indicó que "dado el comportamiento del virus en nuestro país, no ha bastado con eso y tenemos que preocuparnos en forma especial, primero que nada, en verificar no de cuántos elementos de protección personal están dentro de las bodegas de los hospitales, (sino) que la intensidad del trabajo tanto del punto de vista físico como el estrés emocional".
"Es muy probable que esto se va a traducir en afectaciones de salud mental, por lo tanto, es fundamental garantizar este personal de apoyo, que no solamente debe garantizarse en el tiempo, sino que debe ser también calificado", enfatizó.
En el Hospital Padre Hurtado dicen estar preocupados: reciben pacientes de La Pintana, La Granja y San Ramón, siendo estas dos últimas las comunas que encabezan la tasa de incidencia por coronavirus a nivel nacional.
La doctora Patricia Valenzuela, presidenta del capítulo médico del recinto, advirtió que "no vamos a dar abasto al flujo de pacientes si no se logra aplanar esta curva".
"En nuestras comunas (La Pintana, La Granja y San Ramón) prácticamente no hay cuarentena, aquí hay mucha pobreza. Aislar a un paciente es prácticamente imposible, hemos tenido en algún momento a dos o tres familiares hospitalizados en la UCI en situación grave, es gente que se las aguanta y llega seriamente enfermo", aseveró.
Valenzuela indicó que el 27 de mayo "se informaban 35 fallecidos a nivel nacional, 15 son nuestros. Hay días que son más desastrosos, otros días en que hay un pequeño respiro".
Si bien el ministro de Salud, Jaime Mañalich, habla de un 93 por ciento de ocupación de camas críticas en la Región Metropolitana, la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi) habla de 96 por ciento.
El doctor Guillermo Bugedo, jefe del Programa de Medicina Intensiva de la Universidad Católica, indicó que "nos está hablando de un sistema saturado, sacamos a un paciente de un ventilador, inmediatamente estamos ingresando otro".
"Una vez que caes en el ventilador, muy pocos pacientes salen antes de una semana. No es la panacea. Durante la ventilación puedes tener otras complicaciones, los pacientes tienen muchas secreciones, se tapa el tubo, se agitan, hay que sedarlos. Tenemos algunas estrategias para evitar que caigan en el ventilador, estamos trabajando en eso. Eventualmente, ese paciente tiene una recuperación mucho más rápida", explicó.
