Cuando volvió del hospital en la segunda oportunidad que se contagió de Covid-19, tuvo que usar un concentrador de oxígeno.
Han sido muchas las historias de vocación por la enseñanza que se han dado a conocer durante la pandemia de Covid-19. Una de ellas es la de Jorge Gavelán Izaguirre, un profesor que pese a haberse contagiado, siguió dando clases incluso con un tanque de oxígeno.
Según contó su hija a El Comercio, Gavelán se enfermó dos veces de coronavirus, pero la segunda fue la que terminó generando complicaciones que acabaron con su vida el pasado miércoles.
En junio del año pasado, el profesor de 71 años se contagió de Covid-19 y tuvo que ser hospitalizado en una clínica de Lima. En ese momento, pusieron a un profesor suplente del ramo que impartía en la Facultad de Ciencias Contables de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero éste no cumplía con los plazos de entrega, por lo que decidió volver a hacer clases online.
Este año el Covid-19 volvió y luego de estar de emergencia en el hospital tuvo que volver a su casa, pero con un concentrador de oxígeno.
"Le dijimos, papá para, y nos dijo: No, yo quiero continuar. Y continuó. Dictaba clases virtuales tres veces a la semana, a tres salones. Eran un promedio de 6 horas diarias. Llegó a concluirlas, tomó el examen final y desde ahí recién se sintió mal. De necesitar 4 litros de oxígeno, de pronto pasó a 9 litros y tuvimos que llevarlo al hospital", dijo su hija Fabiola a El Comercio.
Dos días después de que tomara el examen final de su curso, su salud empeoró y tuvo que volver al hospital, donde según contó su hija, le hicieron una prueba de antígeno y salió negativa, pero igualmente tuvo que quedarse haciendo cuarentena, primero en la UCI de Cardiología y posteriormente en el área Covid. A los tres días falleció.
