El ex presidente Ricardo Lagos aseguró que, si las ayudas sociales aprobadas para mitigar los efectos económicos de la pandemia llegan a la gente más vulnerable, no habría razones para una nueva ola de protestas, como las que se desataron hace ocho meses en el país.
"Si no hay gente que está pasando hambre porque les llegan esos ingresos básicos, uno esperaría entonces que las condiciones objetivas para que se produzca el reclamo vayan a ir disminuyendo", indicó el ex gobernante (2000-2006).
"Ahora, que sea así o no, es un elemento muy complejo", apuntó Lagos ayer jueves en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.
El pasado 18 de octubre estalló en Chile la ola de protestas más graves desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que dejaron una treintena de heridos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público.
Las manifestaciones, que surgieron contra la desigualdad económica y a las que luego se sumaron otras demandas, se suspendieron por la pandemia del nuevo coronavirus, aunque muchos expertos y organizaciones sociales creen que se reanudarán cuando se supere la emergencia.
Con 18 millones de habitantes, Chile es uno de los países más afectados en el mundo por la Covid-19 por millón de habitantes y el balance total ayer jueves ascendió a 225.103 infectados y 3.841 muertos.
El frenazo en seco de las actividades económicas provocó una caída del producto interior bruto en abril del 14,1 por ciento y dejó sin ningún tipo de ingresos a miles de personas, lo que obligó al Gobierno a anunciar el reparto de 2,5 millones de canastas de alimentos y productos de higienes.
El Banco Central (BC) estima una recesión de hasta el 7,5 por ciento para 2020, mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que la pobreza podría llegar al 13,7 por ciento.
Para hacer frente a la debacle económica, el Gobierno pactó la semana pasada con la oposición un ambicioso plan de emergencia que contará con 12.000 millones de dólares durante dos años y que incluye un ingreso básico de 100.000 pesos, entre otras medidas.
"Los aportes van a ir disminuyendo en la medida en que vaya creciendo el nivel de empleo del país, entonces, ¿esas dos cosas (el descontento social y los subsidios) cómo se van a ir equilibrando? Ese es el arte de gobernar", indicó Lagos, quien abogó por acometer una reforma integral al sistema tributario.
Chile, que cerró colegios, restaurantes y frontera a mediados de marzo, tiene a más de la mitad de su población confinada en sus casas.