Siete de cada 10 padres consideran que sus hijos han aprendido menos con educación remota durante la epidemia del Covid-19 en el país, según un estudio realizado por la Universidad de Chile y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
De acuerdo a la encuesta, que entrevistó a 738 personas que viven con niños entre 1° y 4° básico, un 68% considera que sus hijos han aprendido menos o mucho menos, un 20% lo mismo y sólo un 12% más o mucho más.
Este deterioro en el aprendizaje sería mayor en estudiantes de 2° y 3° básico, quienes habrían aprendido menos o mucho menos en un 72% y 70%, respectivamente.
Uno de los sectores más críticos con la educación a distancia fue el de personas con hijos en escuelas particulares pagadas, quienes en un 72% afirman que estos han aprendido menos o mucho menos. Asimismo, en comunas del sector oriente de la capital, aquellas donde viven los grupos de mayores ingresos y donde habitan los estudiantes que asisten a escuelas pagadas, la crítica a esta modalidad alcanza al 74%.
DE LA DESCONCENTRACIÓN A LA DESMOTIVACIÓN
Los resultados indicaron que un 68% de los estudiantes experimentaría alguna dificultad, cifra que llega al 76% en el reporte que dan mujeres. Distinguiendo por tipo de establecimiento, en tanto, los padres, madres o cuidadores que plantean dificultades frente a esta modalidad llegan a un 65% en escuelas particulares pagadas, a un 67% en subvencionadas y a un 70% en establecimientos estatales.
Respecto al tipo de dificultades vividas por los estudiantes, la frecuencia más alta reportada corresponde a los problemas para concentrarse, con un 36%. Esta es seguida por un 32% de personas que indican que sus hijos no quieren hacer tareas y por un 30% que observa desmotivación. Más atrás, un 28% declara que no quieren conectarse a clases y un 24% que se sienten cansados.
También se aprecian diferencias según grupo socioeconómico. En el segmento de mayores recursos, un 64% manifiesta que niños y niñas están animados o muy animados, mientras en el de menores ingresos esta cifra alcanza al 53%.
BRECHA TECNOLÓGICA
Mientras un 76% de niños y niñas en segmentos de mayores ingresos tuvo acceso individual a un computador o tablet, la disponibilidad de estos equipos en sectores de menores recursos alcanzó solo un 45%.
Sobre el espacio disponible para estudio en las casas, un 84% manifestó que niños y niñas disponen de este. Sin embargo, existen diferencias según la escuela a la que asisten los estudiantes y el grupo socioeconómico en el que están. De acuerdo al reporte, en las escuelas pagadas 92% tiene espacio, en las subvencionadas 82% y en las estatales 81%. Esta condición material es reportada por el 89% del segmento de mayores recursos y por el 79% del grupo de menores ingresos.
El acceso a internet fija alcanzó por otra parte al 84% de los entrevistados. En las escuelas pagadas, esta condición es informada por el 92% de las personas, en las subvencionadas por un 82% y en las municipales o estatales por un 79%. La diferencia en este ámbito es más pronunciada según grupo socioeconómico: a menor ingreso, menor acceso. En síntesis, 23 puntos porcentuales separan al segmento de menores ingresos (71%) de los sectores más acomodados (94%).
En marzo, 22% no usaba internet para estudiar, cifra que en noviembre llegó a solo 8%; mientras que los niños y niñas que dedicaron tres o más horas de estudio a la semana subieron de 31% en marzo a 48% en noviembre.
FALTA DE CORRESPONSABILIDAD EDUCATIVA
El trabajo de asistencia educativa infantil presentó una disminución en su intensidad a lo largo del 2020. En marzo, 50% declaraba realizar esta labor todos los días de la semana, cifra que en noviembre llegó a 33%. Quienes no lo hicieron nunca o solo una vez a la semana, en tanto, subieron de 20% a 28%.
Diferenciando por género, un 58% de las mujeres trabajó los cinco días de la semana en asistencia y los hombres solo 41%; unas y otros descendieron, pero las mujeres alcanzaban 41% y los hombres 23% al final del año escolar. Otro aspecto relevante es que 14% de las mujeres lo hicieron nunca o solo un día en marzo y 19% en noviembre, mientras que los hombres que lo hicieron nunca o sólo un día crecieron de 26% en marzo a 39% en noviembre.