La Región Metropolitana tiene desde ayer martes la segunda mayor ocupación de camas críticas del país, indicador que escaló al 99 por ciento al restar sólo 35 de las 2.571 plazas habilitadas para recibir pacientes graves de Covid-19.
A partir de los datos del Ministerio de Salud, La Tercera publicó que la capital solo está detrás de la Región de Aysén, zona extrema que vive una situación crítica en cuanto a contagios, y en ese escenario, ya no cuenta con ninguna de sus 10 camas.
A nivel nacional, son 147 las camas que siguen libres -lo que equivale a un sostenido 97 por ciento de ocupación-, pero algunas regiones sólo tenían un cupo disponible en la víspera, como fue el caso de Tarapacá o Los Ríos, que han abierto 62 y 41 cada una.
Por lo demás, el Minsal constata que hasta este martes la variación del ingreso a las unidades de cuidados intensivos por el virus iba al alza en la última semana, llegando a un 5,5 por ciento de incremento en los pasados siete días.
De esta forma, ayer fue la tercera peor jornada de la red asistencial metropolitana desde el inicio de la pandemia: sólo la superan los días 27 y 6 de junio del 2020, cuando se contaron 23 y 20 cupos, respectivamente.
ESFUERZOS POR AMPLIAR LA RED
El coordinador de camas críticas del Minsal, Luis Castillo, estima que el sistema de salud deberá restablecer el máximo habilitado de 4.544 camas UCI al que se llegó a principios de mayo, pero esto podría no ser suficiente, proyectando en cambio que "en unas semanas más vamos a requerir, aproximadamente, 4.900 o 5.000 camas críticas".
De momento, se intenta subsanar esta situación crítica con la operación de la atención primaria y toda su red de urgencia durante las 24 horas, pero el ex subsecretario anticipó que próximamente se motivará a los pacientes a evaluar su emergencia: es decir, si ésta es menor o no respiratoria, se sugerirá acudir a la atención primaria, pero si los síntomas son respiratorios, deben ir a recintos asistenciales.
En paralelo, el Minsal refuerza la creación de camas intermedias, que serán ubicadas en el Hospital San Borja o en el Instituto Geriátrico, de manera que en cuanto un paciente Covid ya no requiera ventilación, sea trasladado a una de ellas "inmediatamente".
"La idea es mantener un flujo dinámico, para que quienes están esperando por una cama UCI y un ventilador puedan ingresar. Las camas intermedias serán un complemento de las camas críticas, y nos van a permitir mantener tasas de ocupación UCI entre un 80 por ciento y un 90 por ciento", afirmó Castillo.
Finalmente, y al menos en la Región Metropolitana, se volverá a suspender la actividad en pabellón recientemente reanudada "durante varias semanas, por el tiempo que sea necesario", mientras que en el resto de las regiones, "va a estar modulada por los directores de los servicios de salud, acorde a su demanda de camas".
