La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, defendió la estrategia del Gobierno para luchar contra la pandemia del coronavirus, que pasa por "apretar y soltar" cuarentenas "específicas" en distintos barrios o ciudades en función de la evolución del número de contagios por kilómetro cuadrado, en vez de declarar el confinamiento total de todo el país.
En entrevista con el diario La Tercera, Daza explicó que los criterios para definir los confinamientos son tres: variación de la incidencia, localización de los contagios y una ponderación sanitaria, que, combinadas, establecen la pertinencia de aislar un sector.
"Nosotros miramos la cantidad. Si se duplicaron, triplicaron o si mantienen un aumento aritmético. Uno espera que haya un aumento de casos, no es que queramos no tener casos, porque estaríamos cinco años esperando contagiarnos todos. Se espera un aumento no exponencial, y por eso apretamos y soltamos", dijo la autoridad.
"Entonces", agregó, "uno puede ver una comuna con aumento de casos nuevos, pero no muchos más que la semana anterior, y con un total de casos acumulados mayor que en otras zonas, pero un aumento más significativo, no exponencial, sino aritmético. Y a ese criterio se suma la georreferenciación".
"Esto no es matemático. No tienen que ser las tres variables, puede ser que aumente mucho la incidencia o se presenten los casos muy concentrados y uno puede poner en cuarentena ese lugar y comuna", precisó la subsecretaria.
En esta línea, Daza recalcó por qué en La Moneda descartan decretar la cuarentena obligatoria en todo el territorio nacional, como han hecho otros países vecinos con menos casos confirmados de coronavirus como Argentina, Bolivia, Colombia y Perú: "Lo importante es disminuir la propagación del virus, que se dé lentamente. Si hoy día ponemos una cuarentena total en el país y nos quedamos todos en las casas, primero que todo es impracticable, porque las personas y el país tienen que seguir subsistiendo. Pero si hipotéticamente pudiéramos estar en cuarentena, probablemente no nos infectaríamos, pero ¿una vez que se levante? Vamos a seguir todos susceptibles a poder infectarnos y podríamos contagiarnos todos juntos".
"Hoy, el que nadie se infecte es imposible: entonces, tenemos que lograr que las personas se vayan enfermando progresivamente para que los servicios de salud puedan dar adecuada respuesta", afirmó.
Chile, donde los expertos esperan que el peak de la pandemia se dé entre finales de abril y principios de mayo, registró en las últimas 24 horas 312 nuevos casos y dos nuevas muertes, que es la cifra más baja en 11 días y eleva el dato total de fallecidos a 82.
Desde que se detectó el primer caso en el país el pasado 3 de marzo, ya se han recuperado 2.367 personas y se han hecho más de 85.000 exámenes. En la actualidad hay 387 pacientes hospitalizados, de los cuales hay 333 necesitan ventilación mecánica y 100 se encuentran en estado "crítico".
ESTRATEGIA CUESTIONADA
Este lunes, se levantó el confinamiento en tres comunas del oriente de Santiago que llevaban en cuarentena dos semanas -Providencia, Lo Barnechea y Vitacura-, una medida que no convence a sus alcaldes y que ha despertado críticas en distintos sectores.
La consultora Plaza Pública Cadem reveló en una encuesta que el 79 por ciento de los chilenos desaprueba el levantamiento de cuarentenas en esos barrios, que fueron los principales focos de contagio al inicio de la pandemia y donde la población puede desde este lunes transitar sin restricciones, aunque los comercios no esenciales siguen cerrados.
El confinamiento obligatorio, explicó el ministro de Salud, Jaime Mañalich, "produce una alteración de tal magnitud que tiene que ser usada con mucha prudencia y sabiduría", pero dijo que el levantamiento de las cuarentenas "no significa en ningún sentido que levantemos la alerta, lo que queda es muy importante, los casos van a seguir aumentando".
El titular aseguró además que este martes se anunciarán nuevas medidas y que "el número de comunas en el país que va a entrar en cuarentena es mucho mayor que el que va a dejar de estarlo".
Chile se encuentra bajo el estado de excepción por catástrofe, con toque de queda desde las 22.00 horas, con las clases suspendidas hasta mayo y con las fronteras y los comercios que no sean de primera necesidad cerrados.