Los terminales María Teresa y Paseo La Merced de Chillán fueron sometidos a fiscalizaciones para verificar las condiciones de higiene y seguridad que presentan ambos recintos desde su reapertura tras el término del cordón sanitario en la capital regional.
Durante el fin de semana fueron recorridos por fiscalizadores de la Dirección del Trabajo que revisaron las instalaciones y locales de venta en ambos terminales, así como la situación de choferes de buses y vendedores de pasajes, proceso durante el cual no se detectaron faltas en el uso obligatorio de mascarilla, alcohol gel, guantes y marcas de distancia social.
Gonzalo Alonso, director regional de la Dirección del Trabajo, señaló que "hay dos regímenes de multas, las relacionadas a la protección de la seguridad e higiene de trabajadores y actualmente se están estableciendo nuevas multas por infracción a las normas Covid-19".
La seremi del Trabajo, Yeniffer Ferrada, indicó que "los espacios de trabajo que han ido retomando una relativa normalidad deben presentar todas las condiciones necesarias para que trabajadores y usuarios no corran riesgos", llamando a las empresas a "cumplir a cabalidad lo que establece el Código Laboral y lo que ha dispuesto la autoridad sanitaria".
En sintonía con lo anterior, la seremi de Salud, Marta Bravo, ha llamado a la autodisciplina de empresarios, trabajadores y usuarios del transporte público: "No es necesario que exista una autoridad al lado de cada bus para fiscalizar medidas y distancia social, aun cuando frente a irregularidades es importante denunciar".
El gobernador de Diguillín, Enrique Rivas, expresó que durante recorridos por distintos puntos de aglomeraciones de personas "la mayoría ha asumido con responsabilidad las medidas, pero también se mantienen algunos que aún no entienden".
Las autoridades confirmaron que las fiscalizaciones continuarán en el curso de esta semana en otros terminales de buses de la región, así como en el retail, comercio local y ferias entre otros puntos de aglomeración.