El fundador de la empresa PIP, Jean-Claude Mas, cuyos implantes mamarios están siendo retirados en Francia por sus riesgos para la salud porque pueden romperse, participa en una nueva sociedad para la exportación de prótesis esencialmente a América Latina, según reveló este viernes el diario Nice Matin.
De acuerdo con el rotativo, Mas figura en el organigrama directivo de una sociedad creada en junio pasado por sus dos hijos para la fabricación de prótesis mamarias de bajo coste destinadas principalmente a la exportación.
France Implant Technologie (FIT) nació para tomar el relevo de Poly Implant Prothèse (PIP), disuelta judicialmente el año pasado tras la detección de problemas en algunas de sus prótesis, fabricadas con una silicona industrial no sanitaria.
En el plan de negocio de la nueva empresa Mas aparece como "un creador genial" que asesorará como "consultor técnico-comercial" al presidente, su hijo de 27 años. En tanto que, otros dos ejecutivos de PIP aparecen también en el organigrama directivo de FIT, señala Nice Matin.
El plan de negocio de la nueva empresa tiene elementos similares a los que provocaron el éxito comercial de PIP, la fabricación de implantes de bajo costo esencialmente para la exportación. Un modelo que funcionó hasta que en marzo de 2010 sus prótesis fueron prohibidas.
"El mercado sudamericano obedece a la regla de que la mejor prótesis es la menos cara", indica el plan de negocio de FIT, según el diario, que asegura haber tenido acceso a un documento confidencial.
Distribución y cobertura
América Latina era el destino de la mitad de los implantes exportados por PIP, que vendía fuera de Francia el 85 por ciento de su producción, que llegó a ser de 100.000 prótesis anuales. La nueva sociedad tampoco se olvida de otros mercados, como el asiático o el europeo, indica el documento del que informa Nice Matin.
FIT prevé vender sus prótesis un 10 por ciento más baratas que las de sus competidores y reducir los costes de producción un 30 por ciento.
Para ello, planean abrir antes de junio próximo una planta de producción en el sureste de Francia, donde ya estaba implantada PIP, con una veintena de empleados y con el objetivo de producir hasta 400 prótesis diarias.
Todo ello con una inversión de dos millones de euros (1.040 millones de pesos), señala el rotativo.
En Francia se acumulan hasta ahora 2.200 denuncias contra la empresa PIP, de las 30.000 pacientes que se implantaron estas prótesis, mientras que la liquidación judicial de la misma dejó en la calle a un centenar de trabajadores.