Según el British Medical Journal, una de cada cuatro personas que poseen uno se queja de complicaciones como inflamaciones, infecciones y flujos de sangre.
La moda de los piercings entre los jóvenes preocupa a los expertos por las complicaciones que de ellos se derivan, sobre todo cuando no se hacen en establecimientos autorizados.
Según un estudio del British Medical Journal, una de cada 10 personas, la mitad de ellas mujeres, tienen un piercing en alguna parte del cuerpo distinta del lóbulo de la oreja.
Y más de una de cada cuatro de esas personas se queja de complicaciones como inflamaciones, infecciones y flujos de sangre.
Muchos jóvenes no acuden a los locales especializados en piercings y corren mayores riesgos al hacérselos ellos mismos o dejar que se los hagan sus amigos.
Entre esos riesgos está el de infección de hepatitis, advirtieron los expertos.
Según un sondeo de la Agencia de Protección de la Salud y la Facultad de Medicina Tropical de Londres, un 10 por ciento de los 10.000 jóvenes ingleses consultados tenía algún piercing.
La mitad de los que habían sufrido complicaciones explicaron que se habían visto obligados a recurrir a un médico y algunos incluso tuvieron que ser hospitalizados.
Algunos jóvenes dijeron que se habían hecho piercings en la lengua, los labios y los genitales sin ayuda externa.
"Si esta generación y las siguientes continúan como hasta ahora, ello presentará un problema al Sistema Nacional de Salud, ya que muchos ignoran el peligro de ponerse uno sin las debidas garantías", advirtió la doctora Angie Bone. (EFE)
